Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor del 15% de la población mundial (más de 1.000 millones de personas) viven con algún tipo de discapacidad y las tendencias demuestran que este número está en ascenso.
Tradicionalmente se consideró la discapacidad como un problema, dando paso a todo tipo de segregación, discriminación, marginación y exclusión de quienes la experimentaban. Más tarde, se fue migrando hacia el paradigma de la rehabilitación que considera la discapacidad como un déficit de la persona. Esta visión aún se encuentra vigente y ubica a las personas en una posición de pacientes, enfocándose en las limitaciones que poseen en relación con otras, según criterios arbitrariamente establecidos.
Afortunadamente, en la actualidad está emergiendo el paradigma de autonomía personal que valora a la persona con discapacidad como un sujeto de derecho.
Este modelo de referencia propone respetar su autonomía para tomar decisiones, al mismo tiempo en que se trabaja para eliminar las barreras derivadas de los prejuicios y las visiones estereotipadas. Ya no se trata de un esquema lineal sino interactivo que no sólo considera la condición de salud de una persona sino también los factores personales y ambientales a los que está expuesta.
“Hoy la exclusión/inclusión de las personas con discapacidad no recae en el déficit del individuo, sino en la inaccesibilidad del entorno y en la provisión de los apoyos necesarios en la comunidad”(COPIDIS).
Una persona que vive con una discapacidad es una persona perfectamente capaz de aprender, trabajar y tener una vida laboral y profesional plena. ¿Qué es lo que necesita? Oportunidades y contextos que propicien su desarrollo.
Sin embargo, las cifras actuales no parecieran ser alentadoras. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) advierte que el 80% de las personas con discapacidad en edad laboral se encuentran sin trabajo.
Las empresas, estados y organizaciones, son considerados actores sociales claves para revertir esta situación; por una lado, para equilibrar la balanza social y crear una sociedad más justa e igualitaria y, por otro lado, para valerse de los múltiples beneficios que posee incluir la mirada de diversidad en las organizaciones.
Hablamos con Incluyeme, Ikigai y SOSias Ocio Valioso, 3 organizaciones comprometidas con la inclusión de las personas con discapacidad desde diferentes ángulos; las primeras más orientadas a derribar barreras de acceso y desarrollo en el ámbito profesional, y la última, más enfocada en el ámbito social y de esparcimiento.
- Incluyeme
Incluyeme es una organización de impacto social que desde 2013 apoya a empresas a desarrollar programas integrales de diversidad. Además, ofrece una plataforma en la que las personas con discapacidad pueden encontrar oportunidades laborales y las empresas inclusivas, candidatos/as.
En la actualidad, Incluyeme.com tiene presencia en 9 países de Latinoamérica, ha trabajado con más de 500 compañías, ha incluido en el sector laboral a más de 2.000 personas con discapacidad y cuenta con más de 220.000 personas con discapacidad registradas en su portal de empleos.
En 2015 Incluyeme.com fue reconocida por Ashoka y New Ventures México como una de las 10 startups de mayor impacto social en Latinoamérica, y en 2018 por el MIT, como una de las top 3 organizaciones latinoamericanas que utilizan la tecnología de forma innovadora para resolver problemas sociales. Actualmente está trabajando con organismos internacionales como ONU, BID para el desarrollo de proyectos de alto impacto en la región.
Y el éxito también los acompañó en el 2020, con el lanzamiento del primer foro regional latinoamericano de discapacidad y empleo gratuito, que tuvo como meta congregar empresas, organizaciones públicas, universidades y ONGs para compartir buenas prácticas.
- Ikigai
En Argentina la población de personas con discapacidad supera los 5.000.000, de las cuales sólo el 25% se encuentra con empleo. En encuestas realizadas recientemente a empresas argentinas, un 86% afirma que emplearía personas con discapacidad pero sólo un 25% lo concreta.
Ikigai es una empresa de triple impacto que nació con el propósito de que haya más personas con discapacidad incluidas a nivel social y laboral en Argentina. Para lograrlo, brindan servicios de contact center (interacciones con usuarios), BPO (subcontratación de procesos de negocios) y marketing digital.
Desde el inicio del proyecto hasta ahora, han capacitado a más de 20 personas con discapacidad en habilidades blandas y en temas de marketing digital, redes sociales, ventas, atención al cliente en omnicanalidad, de los cuales 8 trabajan actualmente en la empresa desempeñándose en las áreas de contact center y marketing digital.
Es destacable comentar que Ikigai obtuvo el tercer puesto en la categoría «Proyectos Tradicionales» de las Olimpiadas Universitarias de emprendedores organizadas por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en donde participaron más de 60 proyectos.
- SOSias Ocio Valioso
La inclusión no es sólo laboral. El ocio es también un derecho humano básico y es muy importante para la calidad de vida de todas las personas.
SOSias Ocio Valioso es una empresa social que crea y fortalece espacios de ocio y recreación para personas que viven y conviven con la discapacidad.
Su razón de ser es la inclusión de personas con discapacidad intelectual en México, porque de acuerdo con cifras del Instituto de Estadística (INEGI) de 2014, en la república mexicana hay aproximadamente un millón 420 mil personas con discapacidad intelectual.
Sosias Ocio Valioso aprovecha los ambientes naturales en las comunidades para desarrollar y fortalecer las habilidades sociales. Prioriza el ocio valioso como motor para promover la inclusión social por medio de talleres en su sitio web, y un grupo de madres, que genera un espacio de contención para otras mamás que viven y conviven con la discapacidad intelectual. De esta forma, estas madres pasan a ser agentes de cambio.
“En lo único que somos iguales es que somos diferentes”, dicen desde SOSias Ocio Valioso y no podríamos estar más de acuerdo. Efecto Colibrí vemos en las diferencias un mundo de oportunidades por descubrir, co-creamos una realidad que lleve menos etiquetas limitantes y más espacios de desarrollo. Creemos que es momento de sacarnos de los ojos la venda de los prejuicios, empezar a mirar al otro/a de verdad y empezar a accionar por la igualdad.
