Hablamos con Anika Horn, que ha dedicado su vida a llevar excelencia, propósito y bienestar a la escena del impacto social. Anika es la fundadora de Social Venturers, una organización que proporciona a los profesionales del impacto social la visión, los recursos y la comunidad para llevar una vida satisfactoria y una carrera con propósito.
¿Por qué estás investigando el equilibrio entre la persona y el proyecto? ¿Qué has encontrado hasta ahora?
He trabajado en el campo del emprendimiento social durante unos diez años. Siempre me ha llamado la atención lo apasionados que son los emprendedores sociales en la realización de su trabajo. También he visto el esfuerzo que puede suponer para ti cuando te lanzas a resolver un problema social o ambiental, que por definición es un proyecto a tan largo plazo que te llevará años ver el fruto de tu trabajo.
La mayoría de las veces, los innovadores sociales lo dan todo. Invierten el 100% de su energía en su proyecto. Pero no puedes mantener ese tipo de pasión durante años y años sin recargar.
Constantemente he visto la lucha entre crear impacto positivo en el lado profesional (a través de una empresa social o del apoyo a los emprendedores sociales) y estar bien a nivel personal. Es importante que, como innovador social, te asegures de que te estás cuidando como persona.
Creo que es importante que como creadores de cambio comprometidos con la creación de un cambio duradero, nos cuidemos a nosotros mismos para asegurarnos de que somos capaces de trabajar por el resto de nuestras vidas en lugar de quemarnos en el proceso.
El agotamiento puede ocurrir por un par de razones. Número uno: el profesional y la persona se mezclan en uno. El lado positivo es que crear un cambio social o ambiental es algo que viene del corazón y del alma, que es el mejor combustible para cualquier tipo de actividad. Sin embargo, eso significa que no dejamos el trabajo en la oficina y no nos desconectamos de repente una vez que llegamos a casa.
El proyecto (personal y profesional) está constantemente presente. Es algo que nos mantiene despiertos por la noche, algo que nos hace saltar de la cama con emoción por la mañana. La distinción entre lo profesional y lo personal puede ser borrosa. Por eso es tan difícil para nosotros trazar la línea y ser conscientes de recargar nuestras baterías.
Hay un dicho que dice que no se puede verter de una taza vacía. Esto es especialmente cierto cuando estás tratando de resolver problemas tan grandes, sigues vertiendo y vertiendo y antes de que te des cuenta, tu propia jarra está vacía, y ya no puedes continuar. Así que eso es algo que encontré.
La otra cosa se reduce a que queremos ayudar tanto que vamos más allá. Los innovadores sociales son vistos como héroes que se dedican a resolver los problemas del mundo. Esto a veces lleva a que te conviertas en un mártir por tu causa, lo que puede ser realmente agotador. Esto aplica especialmente a las que apoyamos a los emprendedores sociales. Tenemos la responsabilidad, para con nosotros mismos pero también para con los empresarios sociales a los que servimos, de asegurarnos de que estamos prosperando tanto personal como profesionalmente, porque de lo contrario no podemos apoyar al sistema y éste puede empezar a desmoronarse.
Tengo la firme convicción de que es clave asegurarnos de que nutrimos tanto el bienestar personal como el bienestar profesional. Estos se refuerzan mutuamente constantemente, pero si no tienes ese equilibrio, tenderás a fomentar una espiral descendiente.
¿Qué podemos hacer para fomentar tanto el bienestar personal como la maestría profesional?
Es realmente útil tomar un momento y dar un paso atrás para tomar perspectiva sobre el trabajo que estamos haciendo. Yo recomiendo que cada tres meses te des el tiempo de integrar una sesión de planificación estratégica y de check in contigo misma/o para responder a preguntas como: ¿Todavía estoy haciendo el trabajo que me alimenta? ¿Me estoy moviendo en la dirección correcta? Asegúrate de comprobar tu «por qué» de vez en cuando y asegúrate de que sigues por el buen camino porque una cosa que he aprendido es que todos empezamos con esta ambición y pasión por cambiar algo, pero una vez que estás en el día a día de las tareas administrativas o las reuniones de equipo, es muy fácil empezar a alejarte del trabajo que empezaste.
Es importante tomar un descanso regularmente y comprobar lo que estás haciendo.
En segundo lugar, todos tenemos desencadenantes físicos a los que debemos prestar atención. Hay muchos desencadenantes físicos que en el calor del momento barremos bajo la alfombra. Esto lo puedes hacer hasta cierto punto, sin embargo, trata de empezar a escucharte y asegúrate de que sigues trayendo la mejor versión de sí misma/o al trabajo. Eso no significa que debas ser un absoluto adicto al trabajo que trabaja diez horas al día, sino más bien alguien que vuelve al trabajo con ideas frescas, con energía y con una actitud positiva.
En tercer lugar, si tienes un equipo, haceros responsables unos a otros. El hecho de tener un momento para hablar de las cosas que van bien y de las que no van tan bien es como una válvula para liberar algo de esa presión, para llegar a ser realmente conscientes de lo que está pasando en tu propia vida o de lo que está pasando en tu carrera. Tienes la responsabilidad individual de cuidarte a ti misma/o, pero también tienes que mirar a tu alrededor en tu comunidad y en tu equipo para ver cómo lo están haciendo los demás, porque al final del día, si la mitad de nosotras/os abandona, nunca lograremos crear impacto. Por eso es clave que nos cuidemos y nos aseguremos que nuestros colegas, nuestros proveedores y todos los actores del ecosistema con los que nos relacionamos, estén bien.
Este artículo es es un extracto traducido de un episodio de podcast de Proyecto Co. Puedes escuchar la entrevista completa en inglés aquí.