Todas las empresas actuales ponen a nuestro alcance un abanico de canales de comunicación, y es que a través de las redes sociales podemos ver el tipo de compañía con la que tratamos. Las redes sociales nos trasmiten la cultura, la identidad, la imagen de una organización. Las redes sociales son la carta de presentación de la actualidad. Este artículo trae recomendaciones para usarlas correctamente así como claves para no agotar la paciencia del usuario (nuestros potenciales clientes o beneficiarios).
El punto de partida es definir qué queremos comunicar. Para ello, antes debemos formular nuestra Gran Promesa, que es el mensaje que comunica el valor que queremos agregar a nuestros usuarios. Dependiendo de ello se estipulará una línea editorial determinada en la que se decidirá qué canales utilizar. No todos los mensajes son aptos para todas las redes sociales, y no todas ellas son para todas las empresas.
Una comunicación concreta es más eficaz que una masiva.
El segundo paso es elegir el tono de acercamiento a público. El estilo de publicación dependerá de si se trata, por ejemplo, de un tema formal, un producto en venta, o un blog personal.
El tercer paso consiste en elegir en qué redes sociales se va a estar presente. Presentamos una distinción de uso de las más conocidas:
- Facebook es la plataforma que recopila la información de contacto de la empresa. Los posts han de tener una foto y ser completamente transparentes. Es una red social para mirar en tiempo libre, por lo que el contenido suele ser ligero. La frecuencia de publicación ideal es de 2 o 3 posts a la semana. Es la red utilizada para el servicio al cliente, por lo que este debe ser excelente y tratar de responder en un máximo de 48h.
- Twitter: su límite de caracteres exige una calidad de redacción exquisita, ya que es breve y va al grano. Es ideal para sectores formales, con un público objetivo muy definido, ya que vienen a esta plataforma para ampliar conocimientos. Funciona muy bien la inserción de otros links, por ejemplo a blogs o artículos de referencia. Muchos usuarios también la usan como hoja de reclamaciones, por lo que si se está en ella se requiere un cuidado más atento al cliente. Se recomienda hacer publicaciones muy seguidas, entre 4 y 6 veces por semana.
- LinkedIn es la red profesional. Muy útil para conocer la trayectoria de un futuro colaborador o, como la anterior, para enriquecer la mente. Los artículos pueden ser extensos, con un tono formal y haciendo llamamiento a otros profesionales. El contenido, extenso, suele leerse con tranquilidad y tiempo, por lo que publicar antes del fin de semana, los jueves noche por ejemplo, es un buen momento. La frecuencia de publicaciones en LinkedIn debe estar más extendida en el tiempo por lo que una publicación a la semana es más que suficiente.
- Instagram es la imagen de la empresa. Aquí tiene cabida la parte más creativa, ya que “una imagen vale más que mil palabras». Es una plataforma fresca, rápida, llamativa. Muestra otra cara de la empresa, la visual. Ideal para, si se quiere, hacer publicaciones diarias. Exige poco texto y libertad de expresión manteniendo la línea editorial. En esta plataforma se puede jugar con la parte emotiva. Su uso adecuado puede ayudar mucho en el posicionamiento web debido a los hashtags
- Youtube: ideal para ver el resultado final. Este canal es útil para cuando se trate de un producto que requiera explicación, como puede ser un tutorial sobre cómo construir algo. La edición de vídeos no se hace en 5 minutos, por lo que esta red requiere un esfuerzo mayor por parte del autor. Una buena frecuencia de publicación, dependiendo siempre de lo que se ofrezca, es de una vez a la semana o a la quincena.
Las redes sociales nos permiten saber mucho de nuestros usuarios, entender qué quieren y poder ofrecérselo. Es una apertura directa al público objetivo, por lo que requieren un cuidado exhaustivo.
Existen páginas web como Hootsuit o Sprout Social que permiten programar las publicaciones en distintas redes y espacios de tiempo, todo al mismo tiempo. Estos servicios son muy útiles cuando las publicaciones son a nivel masivo, ya que con un solo botón se llega a mucha gente, o cuando la línea editorial se basa solo en las redes sociales y se genera alto contenido diario.
Aconsejamos verificar cada programación antes de que se publique y estar pendientes del momento de publicación, ya que puede haber algún error que no se vio en el momento de creación del post o surja algo contextual que requiere ser comunicado antes que lo que se había planeado.