Hablamos con Martina Ansardi, activista del colectivo trans, y coordinadora de Contratá Trans, un programa integral para la inserción laboral de travestis y trans, quien nos cuenta acerca de la desigualdad histórica que viven las personas trans, las transformaciones que están sucediendo en el mundo del trabajo (y cómo Contratá Trans aporta) y qué deudas aún siguen pendientes.
Históricamente el colectivo trans ha sido violentada, a tal punto que la opresión y los obstáculos que atravesaron (y atraviesan), son experimentados en sus cuerpos y sus mentes hasta el día de hoy. Violencia sistémica, desigualdades múltiples y vulneración de derechos, una y otra vez.
Estar vivos/as ya es un logro en sí mismo. Aún en pleno siglo XXI la población trans tiene una expectativa de vida que no supera los 40 años (PNUD)
Una actividad tan simple como visitar un hospital puede ser un suplicio. ¿Te imaginas ir al doctor/a y que te llamen por un nombre que responde a un género diferente con el que te identificas? Esta situación vergonzosa y humillante promueve que, en muchos casos, decidan no ir a una consulta médica a menos que sea realmente una emergencia, llevando su salud a un estado de progresivo deterioro.
Esta desigualdad también se puede observar en materia económica y laboral. El 60% de las personas trans ejerce la prostitución. Sin embargo, el 87% dejaría de hacerlo si tuviese otra posibilidad (La Revolución de las mariposas)
Una de las razones es la falta de oportunidades del mundo laboral. El 80% de las personas trans no accede a un trabajo formal (INDEC). Si bien algunas empresas vienen trabajando en una profunda transformación cultural en materia de género y diversidad y han incluido exitosamente a personas trans en sus equipos, muchas otras no lo han hecho todavía.
A menos que exista un compromiso explícito de inclusión e iniciativas concretas que lo avalen, esta omisión deja la barrera baja para que ingresen al ámbito laboral los estereotipos arraigados en la sociedad. Estos, al reproducirse, van creando un clima excluye para quienes no se ajusten a la norma hegemónica vigente.
Naturalmente nadie quiere exponerse a un ambiente potencialmente hostil. Por ende, es común que una persona trans se sienta desalentada a concurrir a una entrevista de trabajo y enfoque su atención en defenderse de las posibles amenazas, en vez de sacar a relucir sus talentos. Si bien todos/as cruzan la misma puerta, no todos/as pasaron lo mismo para llegar hasta allí.
¿Cómo dar lo mejor de sí en el contexto de entrevista si en el trayecto va esquivando miradas de rechazo o desaprobación?, ¿cómo confiar en que esta vez no va a ser injustamente juzgada cuando lo ha vivido en carne propia tantas veces?
Formarse, otro logro. Es muy difícil para las personas trans terminar sus estudios y seguir capacitándose. La gran mayoría se siente expulsa de la escuela por el sistema, realidad que se suma a los desafíos de ser empleable y desarrollarse profesionalmente en un mercado laboral cada vez más exigente.
Asumiendo un fuerte compromiso para transformar esta realidad, Impacto Digital, una asociación civil sin fines de lucro, puso en marcha el proyecto Contratá Trans, el cual trabaja para mejorar las condiciones de inserción socio laboral de las personas trans a través de capacitaciones, asesoramiento, campañas de visibilización, y una bolsa de trabajo exclusiva para travestis y trans.
En particular, el portal de empleo es una plataforma virtual que permite a las personas del colectivo trans contactarse con organizaciones interesadas en contratarlas y tiende un puente para que éstas últimas encuentren los perfiles adecuados para las vacantes abiertas (en áreas de diseño web, marketing, administración, redes sociales, entre otras).
Un detalle no menor: al momento de la selección, las empresas que utilizan la bolsa de trabajo no tienen acceso al género del candidato/a, -a veces tampoco al nombre- para que elijan en base a capacidades y no se ejerza discriminación.
Durante todo el proceso de selección e incluso luego de la contratación, Contratá Trans articula entre ambas partes:
Por un lado, acompaña a las organizaciones en la transformación de su cultura y sus procesos internos. Por ejemplo, parte del trabajo con las empresas consiste en que comprendan la necesidad de analizar el curriculum vitae (cv) u hoja de vida de la persona en perspectiva:
1 curso finalizado por una persona trans equivale a 10 cursos hechos por una persona cis (quien se identifica con el sexo biológico dado al nacer).
¿Por qué? Porque las barreras y el esfuerzo que supone para una persona trans finalizar una formación es desproporcionadamente mayor a las que se enfrenta una persona cis.
Por otro lado, Contratá Trans valida que las organizaciones se encuentren genuinamente comprometidas con la inclusión de personas trans y que garanticen condiciones laborales dignas para éstas.
Este aval brinda un marco de cuidado, alienta su postulación y evita exponerlas innecesariamente ante organizaciones que aún no están preparadas para recibirlas.
Actualmente, Contratá Trans trabaja con 120 empresas, desde pymes a multinacionales, y tiene como meta 2021 finalizar con más de 80 inserciones. Además, se propuso el desafío de expandir el programa a más países latinoamericanos.
En Efecto Colibrí felicitamos el trabajo realizado hasta el momento y nos sumamos al llamado a la acción que propone Martina: políticas públicas formuladas en conjunto con el colectivo, cumplimiento de la normativa en la práctica, acceso a la educación (y que esta enseñe sobre todos los cuerpos), acceso a la salud, acciones de reparación por el daño causado, y un plan de acción detallado para que las injusticias ocurridas no sucedan nunca más, a nadie.
