Surgen momentos en nuestra vida en que sentimos que queremos hacer algo, experimentar un cambio, crear, inventar. Movernos. Esos son, generalmente, los momentos idóneos para emprender. El cerebro está en proceso de creación.
En este periodo surgen millones de dudas, preguntas e ideas que no sabemos cómo organizar ni ordenar en nuestras ajetreadas agendas. Son momentos conocidos como las famosas crisis existenciales, que nos llenan la cabeza de «y si pruebo… qué pasaría si… voy a probar este curso…».
Para, escucha y respira. Las buenas decisiones se toman desde la calma. Es tiempo para marcar prioridades.
En El Poder del Ahora, Eckhart Tolle nos presenta una guía para aprender a conectar con uno mismo en cada situación, comprendiendo que los juicios, las autoexigencias y los límites que nos rodean, son producto de nuestra imaginación.
Enseña el funcionamiento del cerebro y cómo, muchas veces, el ego nos impide realizar nuestro sueño. Presenta un estilo de vida experimentado por él mismo, en el que el tiempo se transforma en una herramienta para dar cabida al espacio interno personal. Nos permite afrontar los obstáculos cotidianos desde un estado de calma continua. Un bestseller lleno de respuestas con el que aprenderás a aceptar el momento presente y todas sus variaciones.
En Efecto Colibrí somos muy conscientes de que teniendo la cabeza bien ordenada, el resto viene solo.
Por ello vemos esta lectura como una inversión. Porque consideramos que los inicios de cada proyecto vienen muy ligados a emociones fuertes y, gracias a El Poder del Ahora, uno aprende a relativizar, a ver los momentos de crisis como crecimiento, desarrollo y preparación para la acción.
Es un libro que permite hacernos cómplices de nuestro peor enemigo, nosotros mismos. Nos da las claves para ver la realidad tal cual es, sin más aditivos. Y a entender que por mucho que visualicemos nuestro proyecto en el futuro, para llegar ahí, tenemos que pasar por ahora.
Y cuando empezamos a darnos cuenta del ahora, nos empezamos a dar cuenta de que, en muchas ocasiones vamos acelerados, dejando que la vida nos consuma, permitiendo que los millones de «tengo que» superen los «estoy haciendo». No se trata de refugiarnos en diversos que haceres, sino de afrontar lo que realmente nos bloquea para seguir avanzando.
Vivimos en un mundo ruidoso. Recibimos información por todos lados. Notificaciones en las redes sociales, e-mails o los medios. Son incontables los mensajes que recibimos a diario.
Tanta notificación puede llegar a abrumar: Juicios, anuncios, comentarios. Mucho ruido que nos afecta sin darnos cuenta creyendo que la solución está en esa influencia externa.
Oyendo sin escuchar. A menudo nos olvidamos de que la respuesta solo está en nosotros mismos.
Nuestro cuerpo habla, nos dice cuándo sí y qué no. Nos indica cuál es el miedo paralizante y cuál el precavido pero ejecutor.
Pero solo nosotros sabemos cuál es, y para ello se necesita silencio. «Si tienes miedo, actúa con miedo», dijo un sabio.
Por ello también recomendamos La Bibliografía del Silencio. Un libro para tener en la mesilla y releer de cuando sientas que no paras de pensar (o preocuparte). Mini-ensayo en el que Pablo D’Ors narra que tras muchos viajes y relación con el budismo, se le despierta un interés por la meditación y decide aplicarla a su vida diaria, ya que experimenta un cambio desde que la practica.
Explica la importancia del silencio, definiéndolo como la ausencia de ruido que permite entrar en un estado de conciencia pura.
Hace entender que el silencio da valor a las palabras, la música y el ruido en general. Y que es ahí donde entramos en contacto con nosotros mismos. Es clave para entender la importancia de meditar y cómo se puede compaginar con la vida acelerada llena de ruido.
En Efecto Colibrí consideramos esta práctica como vital para llegar al bienestar personal, social y profesional. La meditación ayuda a controlar emociones que a veces nos desbordan, como por ejemplo la rabia que nos hace actuar bruto y sin pensar o el miedo que nos lleva a visualizar un futuro preocupante y que hace que enfoquemos nuestra atención en lo que ni siquiera es real.
El estado de concentración y atención pleno se desarrolla educando a nuestra mente.
Cuando somos capaces de observar como vacila de un lado a otro y observamos nuestras emociones de manera desapegada, nuestra atención es plena. Y cuando la atención es plena nuestra capacidad creativa organizadora y de acción despierta desde el silencio.
¡Esperamos que te sean igual de útiles que a nosotros!