El compostaje – Tips para gestionar tus residuos de forma responsable

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Aunque el compostaje se conoce hace más de 4.000 años, no es algo de lo que se escuche hablar con tanta frecuencia. Sin embargo, cada vez más personas son conscientes de la situación ambiental crítica que atravesamos como humanidad, y están dispuestas a iniciar su camino en el compostaje, emprendiendo un cambio de hábitos en la gestión de sus residuos.

Hablamos con Nicolás Estévez, especialista en técnicas de huertas y compostaje, director y fundador de Plantáte Compost & Huerta, un proyecto dedicado a la elaboración y venta de composteras y huertas en madera reciclada. Nicolás nos cuenta las claves sobre el compostaje: su importancia, los mitos asociados a esta práctica y todo lo que necesitas saber para empezar a hacerlo.

Qué es compostar y por qué es necesario

«En la naturaleza no existe la basura. El residuo de una especie es el alimento de otra: un sistema de sinergias naturales que funcionan a la perfección. El concepto basura es propio de nuestra especie, por tanto corresponde hacerse cargo” (Nicolás Estévez)

Según datos de 2020 publicados por la ONU, en las ciudades se producen al menos el 70% de las emisiones de carbono totales, que incrementan el efecto invernadero natural. Esas emisiones están relacionadas a la energía y también a una gran ineficiencia en el manejo de los residuos.

Los residuos tratados de forma inadecuada acarrean grandes problemas sociales y ambientales. Asimismo, el 50% de la basura que se genera, son residuos orgánicos que se pueden devolver al suelo como nutrientes mediante la generación de un simple hábito: el compostaje.

Compostar es un proceso biológico a través del cual se transforman los residuos orgánicos en abono.

Para los seres humanos compostar es imitar dicho ciclo natural con una diferencia: influyendo en él de forma intencional para obtener mejores resultados en menos tiempo. Por ejemplo, se puede hacer el compost directo en el suelo pero si se usa un recipiente (compostera) que permita controlar la humedad de los residuos que forman parte del compost, controlar la temperatura y airearlo, el proceso de compostaje se optimiza.

Entre muchos otros beneficios, compostar contribuye en la reducción de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y gas metano, así como también en la disminución de los desechos inorgánicos que terminan en vertederos y causan daños al ecosistema, son focos de infección y enfermedades, y contaminan suelos y aguas subterráneas que son usadas para el consumo o riego.

Mitos sobre el compostaje

  • “Compostar produce un olor desagradable”

Cuando la compostera emite olor puede ser por varias razones, ya sea porque se vertieron restos de origen animal, comida procesada, aceite usado o simplemente puede ser que la compostera tenga demasiada humedad. El olor que se debe sentir es parecido al del suelo del bosque húmedo o a tierra mojada.

  • “Si hago compost voy a atraer a moscas o bichos”

Si bien en el proceso de compostaje la mayor parte del proceso lo realizan “bichos”, ellos van a estar actuando dentro de la compostera. La llamada “mosca blanca” suele ser la mayor invasora sobre los restos orgánicos húmedos, pero si estos están tapados con una capa de hojas secas más la tapa de la compostera, ésta no aparece.

  • “No tengo suficiente espacio”

Muchas personas creen que viviendo en un edificio con un pequeño balcón o terraza no pueden hacer compost en casa, y esto no es cierto. Plantáte, tiene una de las composteras más compactas del mercado con tan solo 46 x 38 x 50 cm, siendo una de las más elegidas por los clientes. No se precisa una gran compostera, ya que permanentemente los “bichos” están descomponiendo la  materia orgánica, lo cual hace que nuestras compostera o recipiente no se llene.

Cómo empezar a compostar

El primer paso es tomar consciencia sobre el “por qué” se va a compostar y felicitarse por haber asumido el compromiso con el planeta y tener la intención de impactar positivamente en éste.

Luego, se puede fabricar o comprar la compostera, y en ella practicar el “método lasagna”, el cual consiste en ubicar capas de distintos materiales sobre otras.

Para realizarlo, se deben clasificar cuidadosamente los tipos de residuos en dos categorías: residuos secos o marrones (hojas secas, papel sin tinta, podas secas, rollos de papel higiénico, aserrín, cenizas, etc.), y residuos verdes o frescos (cáscara de frutas, verduras crudas, frutas y verduras crudas, cáscara de huevo, pasto recién cortado, yerba mate, café, saquitos de té, etc.)

Es necesario tener en cuenta que, si bien prácticamente todos los orgánicos son compostables, hay elementos o residuos de origen animal que no se deben incluir en el compost, ya que actúan otra clase de bacterias y microorganismos en el proceso de descomposición que pueden ser patógenos, además de atraer roedores y otras plagas. De origen animal lo único que se puede agregar es la cáscara de huevo. Se deben evitar los residuos de origen animal, comidas procesadas, alimentos cocidos, aceite o grasa.

Teniendo en consideración estas recomendaciones, el próximo paso es activar la compostera con una primera capa de material seco y un poco de tierra, luego agregar material orgánico fresco y por último, volver a tapar con material seco.

Al cabo de aproximadamente 90 días en condiciones óptimas se obtiene el primer compost sólido que, mezclado con tierra y arena, se puede utilizar en la huerta o plantas.

Como dice Nicolás, «hay que vivir la experiencia del compostaje de manera consciente. Es una experiencia que no puedes negarte a ti mismo/a y a nuestro planeta». Se puede empezar a compostar en cualquier momento, sin invertir dinero, solo tiempo y dedicación.

Desde Efecto Colibrí nos aliamos con especialistas como Nicolás para dar a conocer este tipo de prácticas e invitar a la transformación consciente y responsable de personas y entornos. También, nos sentimos orgullosos/as de dar voz a proyectos como Plantáte Compost & Huerta, una iniciativa sustentable, ecológica y circular, que enriquece la educación de la ciudadanía y que contribuye al cuidado del planeta en el cual vivimos y del cual dependen las futuras generaciones.

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