La manera en la que afrontas tus miedos y tomas decisiones están directamente relacionada con tus pensamientos, tus sentimientos y tus acciones. Es a lo que en Efecto Colibrí llamamos la secuencia del pensamiento. Esta secuencia puede ser tóxica, pero también puede ser fluida. Depende de tu capacidad de dominar tu mente.
pienso en negativo, siento negativo y actúo de manera tóxica o pienso en positivo, siento positivo y actuó de manera genuina.
Esta secuencia está directamente relacionado con los corsés mentales que construimos como individuos. Y aplica en todas las áreas de tu vida: el trabajo, la familia o los amigos.
Lo que está claro es que todo empieza con el pensamiento, así que nos vamos al mundo de la mente. En concreto la psicología positiva.
El 90 % de tu felicidad depende de como tu cerebro procesa el mundo externo. (Shawn Anchor)
Esto es bien sabido entre la gente exitosa. Los grandes actores y los grandes atletas conocen el poder de sus pensamientos.«Si piensas que puedes y podrás, piensas que no puedes y no podrás.» (Henry Ford)
La física cuántica ha comprobado que tus pensamientos afectan y construyen tu realidad, que la gente que se encuentra en el triángulo fluido, es más sana, más productiva, más atractiva, más realizada
De hecho, cambiar tu enfoque es mucho mas fácil de lo que podrías estar pensando. El cerebro necesita repetir una practica durante 21 días para hacerla suya y que se vuelva natural.
Durante 21 días, tomate 5 min para escribir una vivencia positiva que tuviste durante el día.
Podría ser algo como esto:
- Hoy por la mañana me fui caminando a hacer la compra con la música a tope. Cuando volví a casa, me dejé inundar por la música y de repente me di cuenta de que estaba bailando en medio de la calle. Me sentí conectada, ligera y libre.
- Cuando la estés escribiendo, revive ese momento de felicidad. Si lo practicas durante 21 días, tu cerebro estará reviviendo lo positivo del día y estarás fomentando el pensamiento positivo.
El resultado será un cambio de mentalidad.
Recuerda, solamente tú tienes el poder sobre tu cerebro: solamente es cuestión de ejecutarlo.