Hoy en día muchas personas están desilusionadas.
Naces y empieza el bombardeo. La familia, los profesores, los medios, los compañeros de trabajo, los jefes.
Nos embarcamos en el viaje convencional: obtengo un título, trabajo duro y consigo un empleo en una empresa y así sucesivamente. Básicamente nos dedicamos a montar una estructura que cumple con lo que se espera de nosotros. Una estructura que le da seguridad y estabilidad a nuestras vidas.
Cuando nos permitimos parar un momento y mirarnos al espejo, nos damos cuenta de que algo falta. Esto no puede ser todo, ¿no? ¿En quién me he convertido? ¿Estoy invirtiendo mi vida en algo que en realidad no me importa? ¿Qué me importa? Algo en nuestro interior sabe que algo está fallando.
¿Y qué hacemos?
Empezamos a pensar en alternativas. Nos vienen ideas de cómo podríamos empezar a cambiar aspectos de nuestra vida y nuestro trabajo. Puede que hasta las compartamos con amigos o nuestra pareja. Tenemos un push de motivación de que sabemos como construir una vida más libre porque tenemos la idea con la que vamos a conseguir independencia financiera.
Pero algo pasa y la cosa se queda ahí. Y esa vida más equilibrada y libre sigue siendo una idea que no se hace realidad. Y la mejor versión de mi se vuelve más nublosa con el paso del tiempo.
¿Por qué?
Porque nos hemos creído lo que nos dijeron y nos dicen.
¿Y que vas a hacer para mantenerte?
Hay mucha gente que ya lo hace. Tú no eres diferente
Eso es muy arriesgado. ¿Cuando vas a madurar?
Nos creemos los juicios que llegan de fuera y lo que es peor, nosotros nos convertimos en el más estricto de los jueces.
Y nos juzgamos. ¿Cómo? Dudamos.
Yo no tengo experiencia en el mundo de los negocios…
Yo no tengo ni idea de montar una página web…
Y si esa idea la ha tenido otra persona. Y si me la roban y la hacen mejor…
Y si en realidad solo pierdo tiempo y dinero…
El hecho de que tú seas el peor de los jueces es, en realidad, una buena noticia, porque eso significa que puedes convertirte en un juez que actúe a tu favor. Eres lo que piensas y si quieres, puedes moldear tus pensamientos para construir la realidad que desees.
Eres el dueño de tu vida. Solo tú eres responsable de construir la mejor versión de ti en lo personal y lo profesional.