La industria de la cosmética convencional y sus consecuencias en tu piel y la del planeta

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Nuestras decisiones de consumo impactan en nuestro cuerpo y en nuestro planeta. La industria de productos cosméticos es una de las grandes causantes. En esta entrevista Ashes to Life, empresa social de cosméticos ecológicos, nos dibuja el panorama y nos recomienda qué tipo de ingredientes evitar para no dañar ni nuestra piel ni la de nuestra Tierra.

Las pequeñas cantidades de componentes químicos que contienen los productos cosméticos convencionales supuestamente no son perjudiciales; El problema viene con la suma de esas pequeñas cantidades de agentes químicos o contaminantes.

Un envase de 150 ml puede contener entre 130.000 y 2.800.000 microesferas de plástico.

Esto supone que cada vez que nos limpiamos la cara con un exfoliante o nos lavamos los dientes con una pasta dentífrica convencional, estamos vertiendo miles de piezas de plástico al medio ambiente. Además el uso de productos que contienen tóxicos que pueden causar diversas patologías para los usuarios.

La media europea de consumo es de 17 productos cosméticos al día, lo que tiene graves consecuencia tanto para nuestra piel como para el medio ambiente.

La cosmética natural y orgánica está ganando cada vez más impulso en todo el mundo, con un crecimiento aproximado del 8-10% anual.

Resulta indispensable conocer las diferencias entre cosmética natural y ecológica, teniendo muy claro que ecológico es distinto y superior a natural.

La denominación de cosmética natural especifica únicamente el origen de los ingredientes (procedencia natural). No garantiza que durante el proceso de producción de esos ingredientes, se utilizasen compuestos químicos perjudiciales.

Los productos cosméticos ecológicos son aquellos cuyos ingredientes provienen de la naturaleza, no han sido modificados genéticamente ni han sido tratados con químicos durante el proceso de producción.

La cosmética ecológica se enmarca en un entorno verde y provienen de un sistema de producción respetuoso con el medio ambientalmente. A lo que se pueden unir factores como el ahorro de energía, la ausencia de uso de pesticidas, tener un buen manejo de desechos o controlar la emisión de gases entre otras cosas.

Algunas empresas sociales como Ashes to Life  ya han optado por la Norma BioVidaSana, que establece el mínimo en un 95% de ingredientes procedentes de la agricultura ecológica. Además, esta certificación garantiza que las materias primas y productos acabados han cumplido los siguientes parámetros:

  • No han sido sometidos a procesos de irradiación.
  • No están probados con animales.
  • No contienen ingredientes transgénicos ni están elaborados a partir de ellos.
  • No integran nano-partículas.
  • El proceso de producción no perjudica al medio ambiente ni a la salud.

La industria cosmética convencional dispone de más de 10.500 ingredientes para elaborar sus productos. En su mayoría, ingredientes sintéticos y sobretodo derivados de la industria petroquímica.

Aprender a leer las etiquetas y detectar los ingredientes más perjudiciales hará que evitemos poner nuestra piel en contacto con sustancias tóxicas que se van depositando y acumulando en nuestro organismo.

Estos ingredientes tienen efectos perjudiciales que van desde alergias e intolerancias a enfermedades de la piel o cáncer.

Aprenderse todas las sustancias que puede contener un cosmético es una tarea complicada, pero sí que podemos intentar revisar las etiquetas de los productos para identificar aquellas sustancias consideradas de mayor riesgo. Deberíamos evitar cualquier producto que contenga alguno de estos ingredientes:

Aluminium, Boric Acid, Sodium borate (conservantes), CI+5 cifras (colorantes sintéticos), Diethyl Phtalate, Dimethyl Phthalate, EDTA, Ethylhexyl Methoxycinnamate, Benzophenone, Oxybenzone, 4-methylbenzylidene camphre, Formaldehide, Aldioxa, Alcloxa, Allantoin, DMDM Hydantoin, MDM Hydantoin, Diazolidinyl Urea, Imidazolidinyl Urea, Parfum o Fragrance, PEG, PPG.

También hay que evitar ingredientes que incluyan en su nombre las letras y la terminación –eth, Petrolatum, Paraffinum liquidum, Cera microcristalina, Phenoxyethanol, Selenium sulfide, Sodium laureth sulfate, Sodium Myreth Sulfate, Triclosan, Triclocarban, 2-Bromo-2-Nitropropane-2 y 3-Diol.

Esta lista es orientativa y no excluye que puedan existir ingredientes no mencionados que puedan afectar a la salud de las personas. Ayuda especialmente a darse cuenta de que las apariencias engañan: lo que puede tener un paquete que parece «sano», puede resultar no serlo. Mejor asegurarse.

La cosmética convencional, además de contener ingredientes tóxicos para el organismo, contienen sustancias que acaban contaminando las aguas del mar, ríos, lagos, dañando los entonos naturales bien por su toxicidad o bien por sus procesos de producción, perjudicando consecuentemente a los seres vivos que allí habitan.

Ejemplos de ingredientes perjudiciales son aquellos productos que utilizan microplásticos (usados por la industria en la elaboración de productos tales como detergentes, dentífricos, cremas, exfoliantes, etc) y que ocasionan grandes problemas medioambientales.

Los cosméticos que utilizan aceite de palma (usado habitualmente para fabricar cremas, jabones, lociones, pastas de dientes, geles de baño, protectores solares, etc) ponen en riesgo la salud de nuestra piel y, además, su cultivo está íntimamente relacionado con la deforestación de bosques tropicales.

Por todo ello, a la hora de elegir un cosmético no basta con leer el INCI (listado de ingredientes).

Es mejor seleccionar productos ecológicos que estén certificados para tener la garantía de que son respetuosos con la piel y con el medio ambiente.

Descubre más sobre Ashes to Life, su filosofía, sus productos y su impacto positivo que han logrado.

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