El cambio climático y la contaminación en las ciudades, en gran medida, a causa del uso excesivo del vehículo privado, nos está afectando de manera más agresiva con cada día que pasa.
Sólo en Madrid hay 8 millones de desplazamientos de los cuales más de la mitad son en coche aunque la ocupación media es tan solo de 1,2 pasajeros, es decir 4 de cada 5 coches van prácticamente vacíos.
Esto además de problemas de contaminación con graves consecuencias para la salud trae consigo atascos, pérdida de uso público (parques, jardines o plazas) con falta de aparcamiento, ruido, perdidas de tiempo y estrés.
La tendencia global de la contaminación y el cambio climático, requiere de soluciones como Liight, una aplicación móvil que consiste en incentivar el estilo de vida sostenible. A medida que se realicen acciones cotidianas relacionadas con el cuidado del medioambiente, se van ganando “liights”, canjeables en otras plataformas.
Santiago Jiménez, co-fundador y CEO y Laura Sánchez, Community Manager de Liight, nos cuentan que observaron que la solución no estaba en penalizar a la persona que sigue contaminando, si no en premiar a aquel que trate de erradicarla. Para ello han creado un ecosistema tecnológico en torno a la aplicación en el que invitan a diversos actores a unirse a una comunidad consciente y responsable con el medio ambiente. Se intercambian consejos sobre reciclaje, las últimas tendencias eco-friendly o algunas promociones exclusivas.
Desde que Liight está en funcionamiento, se ha reducido la huella de CO2 en más de 350 toneladas”.
El objetivo principal de Liight es concienciar a los usuarios de que podemos dejar de ensuciar el planeta.
Con pequeñas cosas como un simple click en una aplicación, nos motivamos a cuidar y respetar nuestro entorno. Y además somos recompensados.
El número de usuarios de la app está en constante crecimiento. ¿Por qué? Porque Liight usa la gamificación para hacer más fácil (y divertido) que cambiemos nuestros hábitos. Los usuarios de Liight sienten que están jugando.
Liight es como un juego, en el que no hay una competición sino más bien un trueque: por reciclar se obtiene, por ejemplo, descuentos en algún otro servicio como Spotify, Netflix o Glovo.
Los jóvenes que están detrás del proyecto compaginan estudios con el lanzamiento de la aplicación, lo que les convierte en una muestra de que con constancia y dedicación todo se puede hacer real.
No todo es de color rosa, todo proyecto trae sus retos. Nos cuentan que ha sido difícil compaginar sus estudios con el desarrollo de esta iniciativa, pero aún así han apostado por ello con confianza, tiempo y pasión. Por eso están convencidos de que lo importante a la hora de crear un proyecto de impacto es “que como emprendedores sociales sigamos creyendo en nosotros mismos y en el valor de nuestra propuesta a pesar de las posibles adversidades”.
Es un placer reafirmar que se están desarrollando proyectos innovadores que aportan al cambio positivo en nuestra sociedad. Liight es un ejemplo a seguir porque hacen que la toma de consciencia y acción responsable se vuelva divertida y dinámica.