Pixza: porciones con sabor a inclusión y oportunidad

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En México, el 41,9% de la población es pobre (Banco Mundial, 2018) y  7 de cada 10 mexicanos se encuentran en situación de abandono social.

Hablamos con Alejandro Souza, fundador de Pixza, una empresa social mexicana innovadora en varios sentidos. El primero: ofrecen pizzas únicas en el mercado elaboradas con maíz azul. El segundo: son una plataforma de empoderamiento social orientada a impulsar la movilidad social de jóvenes mexicanos en situación de vulnerabilidad. ¿Quiénes son estos jóvenes?

Pixza trabaja únicamente con jóvenes en abandono social, es decir, personas que tengan entre 17 y 27 años y al menos una de las siguientes características: 1) tiempo viviendo en situación de calle, 2) abandono familiar, 3) rezago educativo, 4) historial criminal, 5) historial de dependencia de drogas y 6) migrantes, refugiados o deportados. 

Quienes van a por una pizza a uno de sus locales, saben que están contribuyendo a un cambio positivo. De cada cinco porciones de pizza, una es entregada de forma gratuita a un joven en situación de abandono. Una vez a la semana, colaboradores de Pixza visitan los albergues donde duermen los jóvenes en situación de vulnerabilidad y entregan las pizzas, varios mensajes motivacionales escritos por los consumidores y algo muy especial: una oferta de trabajo en Pixza. 

Los jóvenes interesados en la propuesta laboral, además de obtener un empleo formal sin pasar por ningún proceso de selección, empiezan un programa de empoderamiento multidimensional: la ruta de cambio. 

La ruta de cambio se trata de un camino de 12 meses que promueve un profundo empoderamiento personal y profesional. La ruta del cambio profesional gira entorno al trabajo en Pixza. El objetivo final es lograr que en el mes número 12, los jóvenes lleguen a ocupar el puesto de Encargados de Sucursal. Para conseguirlo se implementan las siguientes iniciativas: 

  • Rotación de roles dentro de un local. Los jóvenes se desempeñan en ventas, atención al público, cocina e higiene, para tener una mirada más amplia e integral del negocio. 
  • Capacitación técnica en las diferentes labores.
  • Ascenso cada dos meses (si cumplen con los indicadores de desempeño establecidos). Esto implica también un incremento en su nivel de responsabilidad y por supuesto, en su sueldo. 

En paralelo, atraviesan la ruta del cambio personal. El objetivo final de esta ruta es promover el bienestar integral de los jóvenes. Este camino tiene 3 metas: 

  1. Construir un plan de vida personal y profesional que les permita ir cambiando la mentalidad de supervivencia por una mentalidad de planificación a largo plazo que les devuelva el entusiasmo.
  2. Desarrollar habilidades socioemocionales a través de intervenciones muy concretas como por ejemplo mindfulness, juegos kinestésicos y mentales, coaching, fútbol, diario de agradecimiento o ejercicios de empatía). 
  3. Impulsar una vida independiente. En la mayoría de los casos esto significa dejar el albergue y mudarse a un apartamento propio. 

Además, todos los jóvenes que trabajan en Pixza participan en un voluntariado. Este consiste en ir a entregar pizzas a otros/as jóvenes en situación de abandono. Volver a estos albergues habiendo atravesado la experiencia Pixza es movilizante ya que les permite observar los cambios que se produjeron en sus vidas y al mismo tiempo, servir como ejemplos vivientes para otros/as.

Después de los 12 meses de trabajo y de haberse graduado de la ruta del cambio, Pixza vincula a cada jóven con su siguiente oportunidad laboral según las tareas que más les hayan gustado y su plan de vida. 

Para facilitar la construcción de una vida independiente, cada joven tiene la oportunidad de recaudar fondos. Para ello, utiliza alguno de los 17 sabores de pizza existentes o co-crea junto a sus compañeros/as de sucursal un nuevo sabor y se esfuerza por vender la mayor cantidad de pizzas posible. ¿Por qué?

Ese mes obtiene el 100% de las ganancias obtenidas por su venta. En la mayoría de los casos, lo recaudado les alcanza para costear los primeros 3 meses de alquiler de sus departamentos.

Además, bajo una lógica win-win, Pixza apoya la recaudación de fondos de otras empresas sociales que estén trabajando por mejorar la calidad de vida de los/as mexicanas. Durante dos meses, se genera un código con el nombre de la empresa social elegida. De cada unidad vendida en Pixza bajo ese código, el 25% de lo recaudado va para dicha organización.

Hasta el momento, Pixza ha entregado gratuitamente 15.000 pizzas y 75 jóvenes han obtenido un trabajo formal y atravesado la ruta del cambio.

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