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La COVID19 nos ha puesto todo patas arriba y nos manda un mensaje claro: este mundo que hemos creado requiere un cambio. Y esta vez, el cambio no puede venir dado de las autoridades (de arriba hacia abajo). Si queremos construir una realidad más justa y sostenible, necesitamos que todas las organizaciones y todas las personas se unan y contribuyan desde sus áreas de actuación.
La Agenda 2030 es la base sobre la que se construyen las nuevas políticas, maneras de relacionarnos, formas de entender el mundo y, sobre todo, la nueva manera de hacer negocios. Hoy en día tenemos que entender que la sostenibilidad significa transformar, comprometer, liderar y generar alianzas para que entre todos y todas, sigamos avanzando. Este es el momento de actuar. Es el momento en que los ciudadanos asumamos nuestra responsabilidad y actuemos en base a lo que queremos. Solo juntos podemos crear un mundo diferente que ponga en el centro de todo a las personas y el planeta.
Hoy conversamos con Federico Buyolo, director Adjunto del Gabinete de la Ministra de Educación y ex director general del Alto Comisionado para la Agenda 2030, Ana Gascón, directora de Responsabilidad Social Corporativa de Coca Cola Iberia, y Vanesa Rodríguez Vindel, directora de comunicación y relaciones institucionales en Red Española del Pacto Mundial de Naciones Unidas. En este episodio profundizamos en La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en la implicación de los diversos sectores para avanzar hacia los ODS, en los retos que se enfrentan para que la Agenda 2030 sea una agenda de todos y mucho más.
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Hoy conversamos con Federico Buyolo, director Adjunto del Gabinete de la Ministra de Educación y ex director general del Alto Comisionado para la Agenda 2030, Ana Gascón, directora de Responsabilidad Social Corporativa de Coca Cola Iberia, y Vanesa Rodríguez Vindel, directora de comunicación y relaciones institucionales en Red Española del Pacto Mundial de Naciones Unidas.
En este episodio profundizamos en La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en la implicación de los diversos sectores para avanzar hacia los ODS, en los retos que se enfrentan para que la Agenda 2030 sea una agenda de todos y mucho más. Vanesa: Creo que hay demasiado espacio entre lo que es una declaración de intenciones y lo que son los avances reales. La Agenda 2030 no es una declaración de intenciones: es el mayor consenso a nivel mundial que se pudo haber alcanzado nunca y es un agenda de la humanidad. ¿Qué ocurre con los avances? Hay que ser conservadores y realistas. Los avances no han sido excesivamente altos en ninguno de los campos, había algunos proyectos que estaban dando sus frutos, como por ejemplo, aquellos relacionados con la digitalización, las energías, pero había objetivos que estaban muy débiles, como la lucha contra el hambre, por ejemplo. Había un camino y un plan de acción para alcanzar los objetivos en esta década.
Estamos en el contexto de la pandemia y efectivamente ha habido objetivos que se han visto especialmente frenados: la lucha con la pobreza, el acceso al empleo, la educación. Respecto a las reducciones de emisiones, por ejemplo, terminaremos el año con reducciones pero en el grado que años anteriores. ¿Cuáles son los avances? Entendemos que aún queda tiempo para reavivar los objetivos finales pero nos encontramos en un momento de parón inevitable por la crisis. En Pacto Mundial involucramos a las empresas en los ODS a nivel mundial y también en España. Las empresas nos han dicho en un 84% de los casos que la COVID no frenará sino estimulará o no afectará negativamente su apuesta para la sostenibilidad.
Ana: Sinceramente, creo que ha habido avances reales. Creo que a todos/as nos hubiese gustado que el avance hubiera ido mucho más de prisa. Creo que los ODS han hecho que la agenda 2030 sea algo cotidiano para empresas, sector público, colegios, medios de comunicación. Eso era algo que nadie podía adivinar hace 5 años.
Para las empresas, los ODS forman parte del día a día de gestión, influyen en la forma en que medimos nuestras actuaciones y también en nuestra comunicación. En el día de hoy tenemos un lenguaje común en todo el sector empresarial, sabemos que todos/as los que nos dedicamos a determinado ODS vamos a hacer medidas, iniciativas, programas, encaminados a los mismos objetivos. Yo creo que eso tiene muchísima relevancia.
Luego además, esto forma parte de un discurso que ya se empieza a instalar en colegio donde los niños/as comienzan a trabajar sobre la base de los ODS, esto empieza a permear en el día a día y va a ser la base de trabajo en el futuro. Creo que la implicación del sector privado en esta nueva agenda ha sido absolutamente vital para hacer que esos ODS sean cada vez más una realidad, que pasemos de una declaración de intereses a avances reales.
Federico: Eso es siempre un debate, si los ODS son una declaración de intenciones o de principios, o un objetivo. En esto he cambiado mucho. Antes de que se aprobara la Agenda 2030, tuve la oportunidad de participar en la reunión de alto nivel que se hizo aquí en España, y ahí pensaba que era una declaración de intenciones; una buena idea. Luego llegué a pensar que eran los objetivos que teníamos que conseguir en el año 2030. Luego pensé que era lo mínimo que teníamos que lograr para tener un mundo habitable, sostenible y con justicia social. Al final, pienso que es un instrumento, una metodología, una manera de vivir.
La crisis de la COVID es la enésima crisis que estamos viviendo en los últimos años, no es una crisis más.
La Agenda 2030 viene a reforzar, en este momento de crisis sanitaria y sistémica, que tenemos un plan. Tenemos un lenguaje común que nos permite saber qué hacer.
De esta crisis sanitaria saldremos, sin dudas. Sobre todo tenemos que salir con una visión reforzada sobre el cambio sistémico. El cambio sistémico que estábamos buscando viene de la mano de la Agenda 2030. Es nuestra hoja de ruta, son nuestros valores y es la base de nuestro nuevo contrato social global. Y nos va a mostrar que de esta crisis, como de todas las que van a venir, vamos a salir con una visión clara de que sólo somos capaces de avanzar si lo hacemos juntos/as. Vanesa: Nosotros/as hemos analizado el impacto a lo largo de diferentes períodos y es verdad que ha aumentado mucho el conocimiento de los ODS tanto por parte de personas como de empresas. Hace 2 años el 13% de las personas tenía algo de conocimiento sobre los objetivos y hace dos meses se midió y dio como resultado que el 29,4% los conoce. Alrededor del 60% de las empresas conocen los ODS, según un ejercicio que hicimos para la Secretaría de Estado de Agenda 2030.
Ahora se dice que se necesitan los ODS más que nunca pero hay desánimo y dificultad de medios para aplicarlos. Las pequeñas empresas en España nos dicen: “estamos en modo supervivencia”.
A pesar de que hay una corriente favorable de los ODS, va a tocar hacerlo un marco de reconstrucción para todos/as, empezando por las políticas públicas, y también tiene que ser un concepto individual, personal, desde no tirar las mascarillas a la calle hasta tener en cuenta cuáles son las subvenciones post reconstrucción.
A nosotros/as las empresas españolas nos dijeron hace ya un año que el ODS en el que más trabajaban no era el 5 (igualdad de género) o el 8 (productividad) sino el 3, mucho antes del tema de la pandemia, es decir, revisaron qué podían desde las empresas para contribuir a la salud y el bienestar. Esto hablaba de un nuevo concepto de lo que aportan las empresas a la salud. Y desde luego, se han volcado en el contexto de pandemia al ODS 8, preservando las condiciones de sus trabajadores y el 3 aplicando medidas específicas sobre la salud e higiene. Pero esto hay que plantearlo a futuro, plantearse: dónde van a quedar los más vulnerables en la cadena de suministro, cuál va a ser el concepto que tengamos de producción en este contexto de crisis. El mantra es “la reconstrucción tiene que ser en el marco de esta Agenda sostenible”.
Ana: La COVID nos ha puesto todo patas para arriba y todos los actores del mundo público y privado ahora sabemos que no podemos salir adelante de otra manera que no sea de modelos de negocios responsables, cada vez más sostenibles, más pegados al propósito, que tengan en cuenta los temas ambientales y sociales. Primero empezó en una crisis sanitaria y social que se ha transformado en una crisis económica, que además va a producir una desaceleración económica mundial sin precedentes. Encima en España estamos especialmente afectados porque el turismo y la hostelería para nosotros tiene una trascendencia vital. Entonces, eso claramente va a afectar a la desigualdad social.
Vamos a necesitar transformar esos modelos de producción para ser más resilientes en caso de que esto se prolongue.
Esto va a afectar a la Agenda 2030. Vamos a tener que luchar contra cuestiones que antes no nos encontrábamos tan fácilmente. Las empresas proporcionábamos formación a los colectivos en riesgos de exclusión y nos apoyábamos en lo físico y ahora nos tenemos que apoyar en lo digital. Y sabemos que nos va a dificultar más el acceso. La población ha multiplicado por cuatro las peticiones a bancos de alimentos, además desde colectivos que antes no iban a esos bancos de alimentos.
Definitivamente, la Agenda 2030 se ha visto super afectada por la COVID. Pero por otro lado, creo que hay una conciencia colectiva que sabe que de esto tenemos que salir juntos/as. Tenemos que unirnos.
Ese ODS 17 (alianzas) que daba la sensación que quedaba en el puesto 17 porque era el menos importante, cada vez es más protagonista de la salida de esta crisis. Las administraciones públicas, las entidades no gubernamentales, las empresas, los medios de comunicación, la ciudadanía en su conjunto, sabemos que nos unimos para salir de esta situación o no va a haber posibilidad de salir fortalecidos. También creo que las empresas tenemos que hacer un esfuerzo fundamental porque la salida sea más verde, más social y más responsable del impacto que todos/as tenemos.
Federico: Siempre tiendo a pensar que me interesa menos medir el impacto que está teniendo la Agenda 2030 (porque no hay que olvidar que estos impactos se medirán a 5, 10 o 15 años), sino que fundamentalmente me importa más los procesos que los resultados, entender qué es esta Agenda 2030. Recuerdo el año pasado, cuando estábamos en Naciones Unidas, en el High Level Political Forum, Antonio Guitiérrez, el Secretario General, nos decía que habíamos tardado 5 años en conceptualizar qué era la Agenda 2030. Efectivamente era una agenda muy compleja y distinta a las agendas que se habían hecho hasta ahora. Por lo tanto es importante entender estos procesos.
La crisis sanitaria, como decía Ana, es algo que no tiene precedentes pero que sí ha demostrado lo que veníamos diciendo: vivimos en un mundo interconectado y global. Por lo tanto, necesitamos entender en qué terreno de juego nos estamos moviendo hoy en día. Es una situación muy compleja, con millones de personas afectadas en todo el mundo. Sin embargo, hemos sido capaces de decir: “aquí hay una crisis” y nos hemos puesto todos/as a trabajar para salir de esa crisis. Para medir esos resultados primero hay que transformar.
Hay que transformar también nuestra visión sobre cómo estamos en el mundo y cuál es nuestro papel aquí. Pero ahora tenemos que definir un nuevo multilateralismo que ya no es de las naciones.
Hoy las empresas son multinacionales, la actuación de las organizaciones de la sociedad civil también tienen vínculo en lo local y en lo global. Tenemos que trabajar en esa visión multinivel, multiactoral y multisectorial. Al final, la Agenda 2030 nos permite redefinir ese multilateralismo que va más allá de la actuación de los países. Vanesa: Una de las novedades de la Agenda 2030 es que incorporaba al sector privado como agentes de desarrollo. Esto era complicado porque es difícil dar cabida a agentes nuevos y que todo funcione. La empresa ha buscado su papel. En el último ejercicio un 86% de las empresas incorporaron los ODS en su marco de sostenibilidad. Eso en 2016 empezó con el 49%.
Todas las tendencias son positivas. En el último año se viene mejorando aproximadamente en 10% y sabemos que la Agenda 2030 se ha convertido en el marco de sostenibilidad para las empresas.
Las empresas nos dicen que les interesa mucho las alianzas porque ahora está este mantra de colaboración público-privada en diferentes aspectos para la reconstrucción, pero, qué es la colaboración público-privada. Ya hay memes de eso. Las empresas nos han dicho que a ellas lo que les funciona muy bien son las alianzas sectoriales, multiactoral; ej. El sector turismo, el sector tecnológico. No va mal pero hasta que no creemos un movimiento verdaderamente numeroso no va a haber capacidad real de transformación a la envergadura de lo que se necesita.
Ana: Al final, los movimientos cuando queremos que sean sistémicos y masivos tenemos que implicar al resto del tejido empresarial.
Y no nos debemos olvidar de que España es un país de Pymes, Micropymes y Autónomos, que lo están pasando fatal en el 99% de los casos.
A mí me gustaría destacar una cosa que en general las grandes empresas tenemos a disposición y que no siempre lo utilizamos bien: el hecho que las empresas están formadas por personas. Y si nosotros nos empeñamos en hacer que la Agenda 2030 sea algo factible para todos/as nosotros/as y los empleados/as habremos conseguido gran parte del cambio.
Esta agenda tiene que ser algo que nuestros empleados, trabajadores de fábrica y oficina vivan en primera persona pero no ya como empleados sino en su día a día. Yo creo que eso lo tenemos que hacer permeable también desde las empresas. No sólo las empresas sino los ciudadanos en nuestro día a día, en nuestra capacidad de elegir, en nuestra cesta de la compra, en la promoción de la economía circular, en el reciclaje. Somos capaces de hacer una gran huella en nuestro entorno. Si eso se traslada por parte de las empresas a nuestras plantillas, estaremos avanzando probablemente más rápido.
Federico: Al final lo importante de la Agenda 2030 es que es una agenda de empoderamiento. Se trata de que la gente conozca la agenda y vea la parte de responsabilidad que ellos/as pueden aportar a la consecución de los distintos objetivos. Si hacemos una estratificación, las pequeñas empresas están más abajo en conocimiento y, sobre todo, en aplicación de la agenda 2030. Primero, debemos entender que la Agenda 2030 no es un lastre para las pequeñas empresas sino al contrario, una herramienta fundamental para trabajar en un mundo globalizado y que le va a permitir conectarse con aquello que están haciendo otras personas, otras instituciones, u otras empresas.
El tema es cómo conectamos las políticas y hacemos extensible esto. Si pensamos en la sociedad civil hay 3 millones de voluntarios en España. Si cada una de las organizaciones hace algo con su propio voluntariado, tenemos a 3 millones de activistas. Si hablamos de empresas somos 18 millones trabajando. Estamos hablando de 22 millones de personas. Si contamos los 8 millones de escolares en distintos niveles estamos hablando de 30 millones de personas. La ventaja que tiene esta Agenda es que dice cómo yo integro la agenda en la empresa, en la escuela, como autónomo, como ciudadano. La pregunta es cómo conseguimos la masa crítica para conseguir los resultados. Federico: Es complicado. Es una agenda complicada y de Naciones Unidas. Yo recuerdo que en el 2016 recorrí las 17 ciudades más grandes en número de población de la comunidad valenciana para explicar a los alcaldes y alcaldesas que era la Agenda 2030. Eso fue una experiencia muy interesante pero muchos de ellos/as me decían: ¿qué me estás contando?. Ahora mismo, 60 municipios en Valencia se han adherido a la Alianza de Ciudad por el Desarrollo Sostenible. Gente que en el año 2016 yo le explicaba y ahora viene y me dice: “cuéntame aquello porque ahora he visto que esto es importante”. Organizaciones no gubernamentales que les habíamos contado este tema y ahora quieren saber de qué va esto. Ahora bien, si hablamos de justicia social, cambio climático, igualdad de oportunidades, educación, nuevas energías, es decir, si tomáramos de manera sectorial a cada política, todos/as sabríamos de lo que estamos hablando.
Ahora tenemos que ver cómo traducimos todo eso y cómo se lleva a la práctica. Eso es lo más importante que tenemos que hacer las instituciones públicas. Debemos darle el sentido y el empoderamiento a la ciudadanía para que se sumen con sus manos.
No creo que sea un tema de comunicación ni de propaganda de la Agenda 2030. Hay algo que es más importante: la gente tiene que tener la sensación de que hay un plan, que ellos/as son importantes en ese plan y que tenemos la capacidad real de hacerlo.
Vanesa: Yo en el fondo soy periodista y hemos llegado a tener reuniones al principio de la Agenda con empresas que eran de medios de comunicación. Y nos decían: nosotros hablamos de igualdad de género, del clima, pero hablar de Agenda 2030, ODS, no se entiende, no podemos comunicar eso porque no se entiende. Pero luego ves cómo se entienden los nombres impronunciables de los futbolistas, el Fortnite. Entonces por difícil que sea la Agenda, hay que entender que se llevó a cabo un esfuerzo desde Naciones Unidas por comunicarlo claro.
Esta Agenda, a diferencia de la anterior, tiene colores, formas. Falta ponerle un poco de voluntad para desactivar palancas masivas. Sobre todo también aclarar confusiones.
Esto es una apreciación personal: todavía se identifica al Desarrollo Sostenible con lo medioambiental, y simplificar y unificar eso es confuso y equivocado. Desvirtuar el discurso de la agenda es una pérdida de oportunidad y es empobrecer el mismo mensaje. Creo que se podría comunicar lo mismo sin necesidad de reducirlo. Lo resumiría como: hace falta más voluntad en comunicación, y por otra parte, no reducir a reducir esta agenda a lo medioambiental porque esta agenda es para todos/as.
Ana: Yo creo que tiene su propia dificultad, es verdad. Coincido en que si quisiéramos darle más relevancia a los medios de comunicación masivos, se lo estaríamos dando. Y probablemente tendría mayor impacto. Pero no creo que sea falta de interés político por parte de las instituciones públicas y privadas. Nos hemos arrastrado un día a día de noticias súper impactantes, ojalá, de lo que tuviéramos que hablar sea sólo de la Agenda 2030 y no tener arriba de la mesa cuestiones de conflictos políticos internos, externos, la COVID que nos impacta por pasivo o por activo. Nos queda poco espacio para hablar de Agenda 2030.
Coincido con Federico en que quizás no entiendas la Agenda 2030 pero es verdad que te interesa que tu hijo/a reciba educación de calidad, o que tu madre tenga la mejor calidad de atención sanitaria o que tú puedas comer con unas etiquetas nutricionales informativas en los productos que compras. Si te interesa algo de esto, entonces te interesa la Agenda 2030.
Yo creo que entre todos tenemos que traducir ese lenguaje un poco farragoso (que para nosotros es nuestro día a día), al ciudadano que se enfrenta todos los días a decisiones relacionadas a la Agenda, de manera que no piense que se trata de algo de instituciones supranacionales y de ONGs, sino que forman parte de su día a día y que ellos/as tienen un impacto relevantísimo en lo que pueda ocurrir al final en el 2030.
Ana: Las empresas tienen que tener un modelo de negocio 100% responsable, que tenga en cuenta los impactos ambientales, que intente mitigar los malos y aumentar aquellos que son buenos y lo mismo con lo social. Yo creo que una estrategia de sostenibilidad para el sector empresarial es cada vez más relevante. Si eso además está alineado con la Agenda 2030, todavía mejor. Pero es que las grandes empresas no tenemos más remedio que trabajar en ese sentido porque nos lo están pidiendo las administraciones públicas, los gobiernos.
Tenemos claro que es la Agenda común que tenemos que poner encima de la mesa. Esto tiene que estar en la mesa de las áreas de Responsabilidad Social Corporativa, pero también en las mesas de los Comités Directivos y Consejos de Administración.
Cada vez tiene que ser más patente en los espacios de decisión y de poder de las empresas. Eso tiene que ser una realidad en los próximos 10 años y creo que en la mayoría de las grandes empresas ya lo es.
En la medida que las grandes empresas seamos tractor de las pequeñas y que sepan que si quieren trabajar con nosotras como proveedores tienen que incluir también esa Agenda 2030 en su día a día y hacer mediciones concretas para demostrarnos que están trabajando en ese sentido, puede hacer que la Agenda 2030 permee en todos/as.
Federico: Me quedo con el lema “Es tiempo de actuar”. No hay otra. Hay algo muy importante: primero, hemos demostrado que como humanidad tenemos la fortaleza de afrontar las crisis que puedan venir. Segundo, tenemos una hoja de ruta hacia dónde tenemos que ir y cómo tiene que transformarse el mundo en que vivimos para que nadie quede atrás. Y tercero, esta agenda empodera a la ciudadanía y los/as ciudadanos/as somos todos/as, somos CEOs, funcionarios, madres, padres, vecinos/as, estudiantes, activistas, y personas que al final, luchamos y soñamos con que este mundo sea justo.
Este mundo que hemos configurado requiere un cambio. Y ese cambio puede venir de una visión compartida. Por eso, la Agenda 2030 es la base sobre la que se construyen las nuevas políticas, maneras de relacionarnos, maneras de entender el mundo y, sobre todo, la nueva manera de hacer negocios.
Hoy en día tenemos que entender que la sostenibilidad significa eso: permanecer, transformar, comprometer, liderar y generar alianzas para que entre todos/as sigamos avanzando. Este es el momento de actuar. Es el momento en que los ciudadanos/as seamos lo que seamos, peatón o conductor/a, hagamos aquello que queremos que sea nuestro mundo. Sin duda alguna, quien no quiera que esto funcione, que se ponga a un lado, porque somos muchas más las personas que queremos que el mundo cambie.
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