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Yolanda Palomo: ¿Qué significa llamarnos aliados? ¿Por qué las organizaciones se involucran en alianzas estratégicas?

Rosa Matos: Alianzas Estratégicas entre organizaciones de la sociedad civil no son una novedad. Muchas organizaciones reconocen que son una fuente de innovación para abordar problemas de sociedad y en nuestra sociedad se hace desde la colaboración, de compartir recursos, competencias para acelerar los cambios necesarios. Por eso vemos fundaciones como ONG, las cooperativas o las organizaciones internacionales que colaboran juntas para encontrar soluciones a los problemas que solas no podrían hacerlo.

Otra nota, quizá importante también. Es decir que las organizaciones reconocen que las alianzas estratégicas son importantes también para fortalecer sus capacidades, reforzar su cohesión y acelerar su capacidad de generar cambio social. Y por ello es tan importante entender no sólo cómo iniciar las alianzas estratégicas, sino también cómo mantenerlas. Cómo hacer esfuerzos coordinados más eficientes para lograr los resultados esperados y generar valor tanto para las partes implicadas como para la sociedad. Porque si estamos. orientados al impacto, esa es nuestra obsesión. Es generar valor para la sociedad.

Una alianza estratégica entre organizaciones, que tienen la ambición de producir un impacto en la sociedad, es un compromiso de cooperación entre dos o más organizaciones que comparten un propósito y una visión sobre cómo ayudar a resolver un problema, generando tanto beneficios para los actores implicados como efectos sistémicos en la sociedad

Yolanda Palomo:  ¿Cuáles son las dinámicas necesarias para que estas relaciones sean efectivas, ya que  las alianzas son construidas a través de personas?

Rosa Matos: Las alianzas son mucho más que una firma o un acuerdo, son un pacto para trabajar juntos. Cuando formamos parte de una alianza, formamos parte de un proceso dinámico, amplio, y por eso habría que centrarse en esta idea. Luego, hay que pensar en el proceso, que debe ser pensado, diseñado, planificado y luego sí ejecutado. Después viene la valuación, la revisión. Pero tal y como los demás proyectos que tiene una organización, hay que pensar que la alianza estratégica debe pasar por estas fases y para eso se requiere una atención importante. Hay que tener proactividad, estar atentos no solo al logro de los resultados, sino también a todos los factores que van a afectar posiblemente el éxito de una alianza. Por eso, hay que pensar en las etapas y una etapa crítica es la inicial, la que yo llamaría de noviazgo.

Es muy importante pensar desde el inicio con todos los involucrados y especialmente colaborando con los líderes y los facilitadores de estas alianzas, que hay que dedicar bastante. tiempo al diseño, a las etapas de discusión del problema para que los aliados compartan una comprensión sobre los problemas y los módulos. Y también, mapear quiénes son partes interesadas, a quienes van a beneficiar o ser afectados por este problema y por esta solución, por este abordaje. Hay que analizar los riesgos. Hay que averiguar qué recursos tenemos y competencias tenemos o dónde vamos a movilizar esos recursos y competencias. Y pensar en cómo vamos a trabajar.

Yolanda Palomo: ¿Cuáles son las condiciones para el éxito de aliados comprometidos con el cambio social? ¿Cuáles son algunas prácticas decisivas que adoptan para lograr los resultados esperados?

Rosa Matos: Para el éxito de una alianza estratégica hay que pensar en competencias individuales, pero también las condiciones en las organizaciones. Tienen que trabajar de acuerdo los objetivos de la alianza, el tamaño, el nivel de complejidad de cada alianza, su alcance. Eso se tiene que analizar caso por caso, pero además de las tareas de planificación y gestión, es especialmente importante que exista un gran compromiso y una forma dinámica y delicada de actuar. Todos debemos estar de acuerdo respecto al propósito común que la alianza quiere, o sea, el  resultado mayor que la suma de nuestras partes razón por la cual estamos dispuestos a ajustar nuestras agendas para trabajar juntos. Otro factor crítico es la comunicación. Para el éxito de una alianza es importante invertir en la comunicación entre los aliados y desarrollar una relación cercana, comunicando de forma continua y con frontalidad.

Además de las acciones de planificación y gestión que se ha nombrado anteriormente, se requiere especialmente un gran compromiso y una forma dinámica y dedicada de actuar en las organizaciones y en la sociedad. Ser aliados es el reflejo de un largo camino tejiendo relaciones con respecto y un sincero espíritu de colaboración por el interés común. Podremos generar más y mejores beneficios para todos. Los aliados comprometidos con el cambio social adoptan algunas prácticas decisivas para un alineamiento sostenido entre aliados y lograr los resultados esperados.

1 – Sintonización y enfoque – Una vez identificado cuidadosamente el propósito común y acordado un plan de trabajo conjunto, aclarando los objetivos y el proceso de cambio necesario, es necesario hablar abiertamente, aclarar intereses individuales, reafirmar propósitos y finalmente actualizar planes.

2 – Comunicación continua – Es necesario invertir en la calidad de la comunicación y en desarrollar una relación cercana: comunicarse continuamente, con frontalidad y valentía, pero siempre con miras a la comprensión mutua, la honestidad y la responsabilidad.

3 – Adaptación y ajuste – Debemos ser conscientes de que los resultados deseados de una alianza pueden surgir solo con el tiempo. Es por eso que tendremos que prestar atención constante al proceso para llegar allá. Una alianza es un largo proceso de articulación lleno de novedades e imprevistos, que requerirán de constantes adaptaciones y reajustes.

4 – Aprendizaje colectivo – El trabajo en alianza está lleno de éxitos, pero también de algunos fracasos. Necesitamos poder aprender juntos de estos éxitos y fracasos, tanto para mejorar individualmente como para mejorar el trabajo conjunto. No basta con acordar un propósito común, implementar un plan de trabajo minucioso y monitorear los resultados alcanzados si no estamos atentos a los avances y también a los problemas emergentes.

5 – Curiosidad y apertura mental – Las cuestiones que abordamos son complejas por naturaleza y una alianza también puede ser un emprendimiento complejo e incierto. Este hábito implica estar alerta, inquieto, cuestionar las propias convicciones y mantener la mente abierta, tanto ante la perspectiva de los demás aliados como ante la nueva realidad que se perfila en la sociedad a lo largo de la alianza.

Yolanda Palomo: ¿Cuál es el panorama actual que favorece, o no, a las alianzas estratégicas? ¿Cuáles son los futuros deseados para que cada vez más las empresas y personas comprometidas con el ecosistema de impacto positivo puedan crear alianzas que resulten en cambios sistémicos?

Rosa Matos: Sin duda que estamos viviendo un momento de grandes oportunidades para la comunicación rápida, para la colaboración, usando plataformas web y eso es una ventaja enorme porque podemos colaborar y comunicar continuamente con actores que están geográficamente alejados con los que no podríamos trabajar. Esa es una ventaja y realmente en los procesos de construcción de alianza hay múltiples tareas, distintas etapas que se pueden manejar y abordar de forma exitosa a través de una plataforma. Es decir, estando lejos, a distancia combinándolo con la gestión de otros proyectos y otras iniciativas de nuestras organizaciones, pero el factor humano es algo que no podemos perder.

Como actores comprometidos con el cambio social tenemos de ser capaces de movilizar los esfuerzos o las capacidades de otros actores para el cambio sistémico, para un cambio profundo que responde a los problemas desde su raíz. Esto requiere una creatividad e innovación, agilidad de pensamiento y tejer una red de relaciones. Tenemos que ser muy críticos con el uso del tiempo y con los resultados que queremos