ANESVAD, Ashoka & AEF – Donde hay una necesidad, hay una fundación

Silverio Agea, Iñigo Lasa & Tito Spinola

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Las fundaciones son agentes económicos y empleadores. El sector fundacional emplea a más de 250.000 personas, maneja más de 8.000 millones de euros de inversión en favor de proyectos a favor del interés general y beneficia a más de 30 millones de personas. Las fundaciones articulan y fortalecen a la sociedad civil para poder transformar la realidad. En el contexto actual, han demostrado (y siguen demostrando) la importancia que tienen para abordar los grandes problemas que enfrentamos como sociedad.

Donde hay una necesidad, hay una fundación. Muchas fundaciones han sacado presupuestos adicionales para hacer frente a la crisis de la COVID19. Esto refleja que las fundaciones están dispuestas a asumir riesgos. Sobre todo teniendo en cuenta que en el 2021 se prevé descensos en los rendimientos patrimoniales. El sector fundacional también ha demostrado su capacidad de innovación y adaptación con su rápida adaptación al teletrabajo. Todo el mundo decía que era complicadísimo teletrabajar como fundación. Pero el sector ha llevado a cabo una transformación digital muy ágil y en tres meses ha avanzado lo que en otras circunstancias le habría llevado varios años.

En este episodio de Historias de Garaje hablamos con Silverio Agea, Director General de la Asociación Española de Fundaciones (AEF), Iñigo Lasa Director General de ANESVAD y Tito Spinola, Director del European Changemaker Summit de Ashoka. Debatimos sobre el rol de las fundaciones en la sociedad, de los retos que afrontan, de la importancia de la colaboración para crear impacto positivo y mucho más.

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TRANSCRIPCIÓN

En este episodio de Historias de Garaje hablamos con Silverio Agea, Director General de la Asociación Española de Fundaciones (AEF), Iñigo Lasa Director General de ANESVAD y Tito Spinola, Director del European Changemaker Summit de Ashoka. Comentamos el rol de las fundaciones en la sociedad, de los retos que afrontan, de la importancia de la colaboración para crear impacto positivo y mucho más. Silverio: Yo siempre digo que las fundaciones tienen que tener una triple misión: Somos agentes económicos y empleadores. El sector emplea a más de 250.000 personas, maneja más de 8.000 millones de euros de inversión en favor de proyectos a favor del interés general.

Creamos riqueza igual que una empresa.

La segunda misión es atender a los fines de interés general. En AEF trabajamos con fundaciones que se dedican a lo social, pero también a lo educativo, a lo cultural, a la innovación o a la cooperación al desarrollo. Esta segunda misión es muy importante: Se calcula que hay más de 30 millones de beneficiarios.

Y la tercera misión, que es en la que más tenemos que avanzar, tiene que ver con articular y fortalecer a la sociedad civil para poder transformar la realidad.

Una fundación es un instrumento perfecto para la cooperación público privada.

Tito: Me gustaría incidir sobre lo que ha sucedido durante el estado de alarma y el momento que estamos viviendo. Por un lado, las fundaciones estamos en contacto directo con las problemáticas sociales. Por otro lado, tenemos una estructura que nos permite ser muy ágiles. Durante todo este período, las fundaciones han generado muchos espacios de encuentro para articular a la sociedad, primero para entender la situación y luego para ofrecer soluciones.

Las fundaciones creamos espacios para conectar a la sociedad y para denunciar las cosas que no están funcionando. Lo ha sido siempre y ahora va a ser todavía más crucial.

Iñigo: El mundo de las fundaciones busca el progreso desde el ámbito social. A pesar de que existe un abanico muy amplio de fundaciones, p.ej. filantrópicas, personales, familiares u ONGs, todas nos asemejamos en este compromiso social.

En este momento de crisis sanitaria, las fundaciones tienen la oportunidad y obligación de reafirmar este compromiso por el desarrollo social y de tomar un rol más protagonista a la hora de impulsar nuevas vías para dar respuesta a los problemas de nuestro contexto.

Iñigo: En este contexto de pandemia actual que vivimos, que está poniendo a prueba a nuestra sociedad, como nada lo había hecho en las últimas décadas, creo que nuestro principal reto es encontrar nuestro espacio. Poder, como fundación, aprender de las lecciones que nos está dejando la pandemia. Entender si estamos bien conectados con lo que la sociedad nos está demandando. Además también tenemos el reto de reafirmar nuestro compromiso social, nuestra capacidad de innovación y mantener nuestra autonomía e independencia como fundación. Para nosotros la sostenibilidad es fundamental, porque colaboramos con más de 60.000 personas a las que no queremos defraudar.

Tito: Nosotros desde Ashoka trabajamos con emprendedores sociales que apuntan a crear cambios sistémicos. Y no podemos dejar que esta forma de pensar y hacer para resolver retos sociales, que genera muchas innovaciones, deje de suceder. Nos debemos a los emprendedores/as sociales con los que trabajamos, como por ejemplo, Clara Navarro de Maldita, que está poniendo de manifiesto todas las fake news que se están generando entorno al COVID19 y a otras muchas cosas. Estos emprendedores sociales necesitan apoyo, conexiones, acceso al sector privado y al sector público. Nuestro reto como fundación es que estas innovaciones sigan sucediendo y que estas formas de pensar, que son complementarias a las estrategias de servicio directo, sigan sucediendo.

Silverio: Nuestro objetivo es mejorar el mundo, mejorar la sociedad y mejorar la vida de las personas. Por muy utópico que parezca. Y nuestros retos acompañan el camino para alcanzar nuestros objetivos. Creo que el gran reto es la sostenibilidad. Es muy importante que no perdamos tejido social, que no perdamos organizaciones debido a esta crisis sanitaria que tiene consecuencias económicas. En el 2008 desaparecieron 25% de entidades (fundaciones, asociaciones y empresas). Se ha comprobado que aquella fundación que tiene una estrategia clara y está profesionalizada, tiene menos dificultades para alcanzar la sostenibilidad que aquella que no la tiene.

El primer reto para alcanzar la sostenibilidad, tiene que ver con la profesionalización.  El segundo reto para alcanzar la sostenibilidad tiene que ver con la transparencia. Las fundaciones nos debemos a los fines de interés general y administramos recursos que van en favor de los fines de interés general. Debemos transparentar el uso de estos recursos, así como nuestras misiones o nuestros proyectos. Ser transparente para mí es dar respuesta a aquello que los ciudadanos quieren saber y conocer. El tercer reto tiene que ver con lo que hace Ashoka y ANESVAD, la innovación social.

Donde hay una necesidad hay una fundación. Las fundaciones son muy rápidas en adaptarse en dar respuesta al problema.

Jugársela en la innovación es importante, aunque fracasemos. Y también es importante compartir los fracasos, porque los fracasos nos hacen aprender. Añadiría un cuarto reto: nuestro trabajo como fundaciones, no va de ir solos. La unión hace la fuerza y cuanto más colaboremos, más impacto tendremos.

Muchas fundaciones han sacado presupuestos adicionales para hacer frente a la crisis del COVID19. Esto refleja que las fundaciones están dispuestas a asumir riesgos. Sobre todo teniendo en cuenta que en el 2021 se prevé descensos en los rendimientos patrimoniales. El sector fundacional también ha demostrado su capacidad de innovación y adaptación con su rápida adaptación al teletrabajo. Todo el mundo decía que era complicadísimo teletrabajar como fundación. Pero el sector ha llevado a cabo una transformación digital muy ágil y en tres meses ha avanzado lo que en otras circunstancias le hubiera llevado varios años. Iñigo: Nosotros tenemos tres líneas de impacto principales. La línea de cooperación internacional se enfoca en solucionar enfermedades en África. Estos proyectos, sobre todo, persiguen el objetivo de fortalecer la salud pública en las zonas en las que trabajamos. Unimos esfuerzos de gobiernos con los de la sociedad civil.

Multiplicamos nuestro impacto desde la gestión patrimonial. Apostamos por un uso responsable de nuestros recursos. Apostamos por inversiones socialmente responsables, en particular, por las que generan un mayor impacto social. Esto hace que garantizamos a nuestros socios y socias que garanticemos nuestro compromiso desde todas las vías posibles. Hoy en día, ANESVAD puede decir de manera orgullosa, que todos nuestros activos financieros, tienen criterios ASG, que son los que garantizan estas inversiones socialmente responsables. El 25% son fondos de impacto, que tienen una mayor exigencia en cuanto a medir y mostrar su impacto social. A través de estas inversiones hemos logrado crear impacto positivo. Por ejemplo, en 2019 se evitó la emisión de más de 100 millones de toneladas de CO2. Tenemos más de 3 millones en fondos de impacto en África, de los cuales un 60% de estas inversiones están relacionadas con los ODS vinculados a estas enfermedades tropicales.

La última vía, a través de la cual estamos tratando de generar impacto, tiene que ver con la sostenibilidad ambiental. Estamos desarrollando un plan de acción concreto, que nos permita llevar a cabo acciones a nivel institucional para combatir la emergencia climática.

Tito: Desde Ashoka nos dedicamos a ayudar a emprendedores sociales a acelerar sus proyectos. Esto lo hacemos en el ámbito del cambio sistémico. Nuestras métricas de impacto son directas, como el número de emprendedores apoyados y cómo nuestro apoyo está mejorando sus proyectos. Hay algunas métricas que son muy importantes para nosotros/as: un 74% de los emprendedores sociales están impactando en políticas públicas o legislación y el 84% de ellos/as indican que Ashoka ha sido fundamental para pensar en esa clave. De eso estamos orgullosos/as: de ayudar a nuestros emprendedores a pensar en clave más sistémica.

Silverio: Nosotros/as ayudamos a los que ayudan. El primer reto, nosotros/as hacemos que las fundaciones ganen impacto cuando conseguimos que sean más profesionales. Cuanto más transparentes son, más impacto tienen y más ayuda a su sostenibilidad. Cuanto mejor miden su impacto y más innovadoras sean, más ayuda a su sostenibilidad. Cuando ayudamos a fortalecer que haya colaboraciones, más impacto.

Luego hay otro elemento: queremos mejorar la radiografía del sector. Antes no había datos de las fundaciones en agregado, esto lo hemos hecho desde la Asociación. Es clave saber cuántos somos y a qué nos dedicamos para impulsar el impacto. Uno no puede transformar aquello que no se conoce. Ahora podemos decir que en España hay 8.500 fundaciones, manejan 8.000 millones de euros, que tan sólo el 15% de eso es público, el 85% es privado, que trabajamos más de 250.000 personas y que se hace en sectores distintos e importantes como la cultura, la innovación, la educación, la cooperación, el emprendimiento, la ciencia.

Mucha gente dice que las fundaciones tienen un problema de comunicación, yo creo que es de posicionamiento, que sí tiene que ver con la comunicación.

Por lo tanto, cuanto mayor y más acertada sea nuestra foto global, ayudamos a que justamente cualquiera de las fundaciones tenga mejor posicionamiento. Tito: Cuando nos dedicamos a un reto social concreto, perdemos perspectiva de lo que está sucediendo en otros sectores y uno de los grandes retos que tenemos ahora y en el futuro a medio plazo: ¿Cómo conseguimos avanzar con la urgencia que ha traído esta crisis -en temas de salud, de cuidado personal, de educación, de economía- sin dejar de poner energía, recursos y foco en otras problemáticas que ya eran urgentes antes de esta crisis y que siguen siéndolo? Estas pueden ser la desigualdad de género, el cambio climático, la España vaciada. Hay tantos retos que requieren soluciones, que estar en un entorno como el Impact Hub, en el que podemos aprender unos/as de otros/as, siempre ha sido importante.

El Impact Hub nos ha ofrecido la posibilidad de tener un ojo de pájaro sobre lo que está sucediendo en España y luego la oportunidad de que nuestra comunidad se relacione con la comunidad de emprendimiento, que está haciendo cosas súper interesantes.

Tenemos varios ejemplos: jornadas que hemos presentado nuestros emprendedores sociales en la comunidad, y de ahí han surgido relaciones que han terminado en proyectos concretos.

Iñigo: En el Impact Hub pudimos escuchar y aprender del trabajo de otras organizaciones. Es lo que le da sentido al trabajo de nuestra organización. Las relaciones institucionales que desarrollamos con distintas organizaciones que trabajan en el Hub, como la AEF, la Fundación Exit o la Bolsa Social son clave para nosotros.

Ser parte  del Hub básicamente es ser coherentes con algunos de nuestros principios como la colaboración y el aprendizaje.

Silverio: Nosotros nos solemos presentar al Impact Hub como socios estratégicos, nuestra puesta fue fortísima e innovadora. Nadie pensaba que podíamos cambiar de una oficina tradicional a algo diferente a lo que venía siendo nuestro trabajo habitual. Nosotros tenemos que trabajar porque las fundaciones colaboren, compartan, enseñen su actividad unas a otras, por lo tanto, estamos hablando de los mismos objetivos que los de la comunidad del Impact Hub. Poder mirar no sólo a fundaciones sino también a los emprendedores, a pequeñas empresas o a autónomos, enriquece. Yo creo que gracias al Impact Hub hemos conseguido ser la casa de las fundaciones, ser la comunidad de las fundaciones, donde viven y comparten, y ahora el reto está en que esa casa o comunidad se convierta en esa casa virtual.

Se suele decir: Quien más comparte, más gana. Yo añado: el que no comparte, no va a ningún lado. Cuanto más compartas, más impacto.

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