¿Te imaginas vestir una cartera elaborada a partir de envases de leche? Jesica Pullo, fundadora de Biotico, diseñadora y activista de la industria de la moda, nos comparte lo que la inspiró a crear Biótico, una empresa de moda sostenible que brinda oportunidades laborales a personas con discapacidad intelectual.
La moda sostenible es también llamada slow fashion, en español moda lenta, promueve una producción más centrada en la calidad, selecciona materiales y procesos que cuiden el planeta, busca ser justos con todas las personas involucradas.
Descubre en este podcast cómo se crea un modelo de negocios inclusivo, ético y respetuoso con el ambiente.
Este episodio forma parte del programa Te Damos Voz, una iniciativa de Bioguia, Efecto Colibrí, ES2 Latam, LeFil Consulting y PES Latam, que apoya a empresas sociales de América Latina y el Caribe a dar a conocer su historia de impacto en toda la región.
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Anfitriona: En este episodio vamos a conocer Biotico, una empresa de moda ética. ¿Te imaginas vestir una cartera elaborada a partir de envases de leche? Interesante, ¿no?
Biotico, fabrica carteras y prendas de alta costura a partir de desechos plásticos. En su confección, intervienen personas adultas con discapacidad intelectual, quienes son el corazón del proyecto.
Jesica: “La cartera es la excusa a la prenda, para generar toda esta transformación en la sociedad». “Tenemos que realmente mirar por fuera de nosotros, mirar al prójimo y decir: ¿Cómo te puedo hacer la vida más fácil?”.
Anfitriona: Jesica Pullo, fundadora de Biotico, diseñadora y activista de la industria de la moda. Es alquimista de residuos y una convencida de que podemos crear una realidad más inclusiva. Le preguntamos cuáles son esas transformaciones que tenemos que hacer como sociedad.
Jesica: El primer problema es la exclusión con las personas adultas con discapacidad intelectual, porque cuando son niño/as tienen espacios, van a instituciones educativas y la sociedad los mira con otra perspectiva. Cuando crecen incluso se intensifican las desigualdades, también los padres empiezan a ser más grandes, no tienen tanta energía e incluso fallecen y estas personas necesitan espacios, estar todo el tiempo incluidas. Aunque hay una ley de cupo, no se está cumpliendo en las empresas privadas.
El primer problema es la exclusión que generamos con las personas adultas con discapacidad intelectuales, es necesario que todos los actores de la sociedad trabajen en conjunto para incluir a estas comunidades.
El otro problema que detectamos son los tiraderos de basura a cielo abierto y las incineradoras de basura. Nosotras nos focalizamos en el plástico de un solo uso, identificamos y trabajamos con dos plásticos que son: el polietileno (el sachet de leche), que es un residuo que puede ser tranquilamente evitado porque hay otras alternativas a la leche de vaca, y también el polietileno bimetal, (los envases de las galletitas o snacks), este plástico no se recicla porque tiene tres capas y para separarlo es muy difícil y súper caro.
Queremos concientizar a la sociedad para evitar la acumulación de residuos que traen gases de efecto invernadero y también evitar el consumo de estos envases de sachet, para que tengamos una alimentación más saludable.
El tercer problema es que no se están consumiendo productos reciclados y lo que entendemos es que para cerrar el ciclo del reciclaje hay que consumir productos reciclados, porque no solamente es separar los residuos, sino también es comprar estos productos.
Tanto los gobiernos como la sociedad en general pueden empezar a comprar productos reciclados hechos por comunidades y por emprendimientos locales, para poder migrar hacia un consumo responsable.
Anfitriona: Estas problemáticas múltiples y muy complejas, pueden parecer demasiado grandes para una sola persona o un sólo proyecto y claramente lo son. Sin embargo, los agentes de cambio eligen ser parte de su solución y se preguntan: ¿Cómo hacemos para que las acciones tengan el mayor impacto positivo? Las alianzas son un camino seguro para crear más y mejor impacto. Veamos cómo lo hacen desde Biótico.
Jesica: Trabajamos desde 2016 con Alpad, una asociación que trabaja con adultos con discapacidad intelectual desde hace 30 años y está localizada en el barrio Saavedra, en Capital Federal. Nos acercamos ese año y lo que hicimos fue capacitar a las personas que estaban en la institución, con las técnicas que desarrollamos, especialmente para que puedan ser replicadas por personas que no tengan ningún conocimiento previo de artesanía, ni de diseño.
Lo que hacemos es solicitamos los sachet de lecha a las vecinas, en su mayoría mujeres, quienes nos entregan los sachet limpios, secos y también los recibimos del Ecopunto Florencio Varela, que nos lo separan directamente para Biótico. A esos sachet los llevamos Alpad y ellos en este momento de pandemia, los reparten a las casas de los integrantes de Alpad, pero antes de la pandemia, lo que hacíamos era llevarlos al taller, dondee los recibían y con un sistema organizado generaban la limpieza y nosotras lo desinfectamos con alcohol.
Luego cortamos los sachet en rectángulos y los plegamos para generar los textiles y esos textiles por metro, los recibimos en el estudio de Biótico y los ensamblamos con costura a mano, porque todos los procesos de Biótico son artesanales y de ahí terminamos haciendo los diseños según lo que tenemos planificado.
La segunda problemática, son los tiraderos a cielo abierto. Detectamos que en Argentina diariamente se consumen 4 millones de sachet de leche, según las cifras de la Cámara Láctea Argentina. Eso también nos prende la alarma, entender que no estamos haciendo un cambio trascendental con estos 100 sachet por cartera que realizamos, pero lo que sí hacemos es concientización.
Anfitriona: Producir mucho, rápido, comprar cosas que no necesitamos y tirarlas para volver a comprar, está pasando de moda.
La moda sostenible es también llamada «slow fashion» o moda lenta. La producción está más centrada en la calidad, selecciona materiales y procesos que cuiden el planeta, busca ser justos con todas las personas involucradas y promueve un consumo menos impulsivo y más consciente, este tipo de moda es el que hace Biotico.
De esta manera, tienen una noción de éxito que puede ser muy diferente a la que tienen otras empresas.
Jesica: El éxito no lo vemos por salir en una pasarela lo más rápido posible o vender tanta cantidad de piezas: lo vemos en nuestra cadena productiva que sea transparente, real y confiable.
Además de productora, soy consumidora. A la sociedad en general, lo primero que le diría es que tenemos que pedir a las marcas que sean transparentes, porque a veces encontramos mucho este nuevo desafío de sortear el eco blanqueo o el maquillaje verde que hacen las empresas donde dicen que van a hacer algo que en realidad no lo están haciendo, pero se lo auto adjudican.
Por ejemplo, en la página de Biotico tenemos los costos abiertos para que vean el porcentaje de lo que están pagando, a dónde va eso, que se pueda chequear esa información.
Investigar cuál es realmente la situación de esos trabajadores que están ahí del otro lado trabajando para las marcas, que nadie los ve, porque eso no es lo que nos muestran en las publicidades ni en las fotos. ¿En qué situación están? Porque si una zapatilla está hecha con plástico reciclado, pero la persona que la cosió es una persona menor de edad, que no cobra el sueldo mínimo en su país, ¿qué estamos financiando?.
También entender, ¿cuál es la huella del carbono de ese producto? Porque si el producto se produjo del otro lado del mundo y tiene que llegar hasta acá, eso también tiene un impacto en la emergencia climática que estamos viviendo.
Entonces, aunque sea difícil informarnos todo el tiempo y tomar nuestras propias conclusiones de pensamiento crítico, es importante analizar el consumo que vamos a financiar. ¿Qué tipo de mundo y de producción vas a financiar con tu dinero? Porque toda decisión de compra cuenta al final.
Anfitriona: Nos parece alucinante lo que hacen desde Biótico, impulsar el uso del dinero como un acto de activismo, concientizar para evitar el plástico, darle un nuevo uso al descarte que ya se consumió, incluir a personas que habitualmente no reciben oportunidades de trabajo.
Jesica: Se comprobó que este trabajo es manual, porque es todo artesanal. En el proceso textil de Biotico, la conversión de un sachet de leche a un textil para crear un producto, lo ayuda a la motricidad fina en el desarrollo de las personas, es un plus también.
Porque nos estamos preocupando por todo el desarrollo de la persona y eso me parece que tendría que ser en todas las empresas, que se esté pensado realmente el desarrollo cognitivo, el desarrollo psicológico, la contención de las personas en las tareas que realizan.
Un recuerdo que tengo de Laura cuando la conocí, ella decía que no sabía usar la tijera, que no lo iba a hacer, que no iba a poder cortar, que no las podía usar y yo le dije: «Laura lo vas a poder hacer». Ahora ella es una de las personas que corta. Por ejemplo, ella corta y se siente empoderada. Me enseñó que las pequeñas cosas son muy importantes, entender la simplicidad de la vida, la importancia de los vínculos y el poder compartir con los demás.
Anfitriona: Jesica, desde chica tuvo claro que quería ser emprendedora, algunas experiencias en sus primeros años la marcaron para siempre y explican por qué hoy hace lo que hace.
Jesica: Fui emprendedora desde que tengo conciencia. Nací en La Salada y cuando tenía 10 u 11 años en el Mercado Central había unos terrenos donde ahora hay unos galpones de marcas conocidas, que eran tiraderos a cielo abierto. Entonces siempre pasaba y entraba por la ventanilla del colectivo el humo de la quema de la basura, eso me ponía muy mal, me tapaba la cara con la ropa y no podía creer que las personas estuvieran pasando, el humo les entraba y les parecía igual.
Después vino la feria de La Salada, cuando tenía 11 años y empecé a ver contaminación sistemática en el Riachuelo, o sea, siempre estuvo contaminado desde que lo vi por las curtiembres en los 90, pero también había mucha contaminación de plásticos y luego empezaron a tirar en la ribera del riachuelo desechos textiles y eso también generaba un montón de quema y de basura, desechos, residuos, y decía: «esto se puede reutilizar para hacer un montón de cosas». Incluso veía a personas que iban y lo recogían, me parecía injusto que la gente tuviese que recoger así del piso, como desvalorizando.
Entonces, tenemos que realmente mirar por fuera de nosotros/as y mirar al prójimo y decir bueno, ¿cómo hacer la vida más fácil?. Soy activista de la industria de la moda ambiental, vegana, fundamentalista en mi vida, trato de hacer lo mejor que pueda de todo y tener el mayor impacto positivo siempre.
Por eso creo que Biotico sigue y va a seguir por la necesidad que hay de que las cosas sean más inclusivas, más saludables, tanto para los humanos como para el planeta. Entonces, el motor está adentro de mí y de las personas que son parte de Biótico.
¿Cómo podemos transformar nuestro enojo? Quizás un montón de cosas que tenemos dentro para transformar eso en gratitud, amor, trabajo hacia el prójimo, que también es hacia uno mismo/a, porque esos sentimientos se transforman y te hacen sentir feliz.
Anfitriona: Es muy inspirador escuchar agentes de cambio como Jesica logran transformar en acción comprometida, el enojo, la sensación de injusticia, la tristeza. Ver tan claro esos cambios en el interior de las personas dinamizar cambios en el exterior, en la sociedad y en el ambiente.
En complemento con el trabajo individual, hay un componente que no puede faltar: lo comunitario. Los cambios sistémicos nunca se hacen en soledad, son el resultado de lo que hacemos en red, en alianzas, con otras personas.
Jesica: Obviamente que Biotico pone su mini granito de arena en una transformación enorme que hay que hacer, pero bueno, la idea es ser parte y esto creo que en 2020 lo entendimos bien. Trabajar todos juntos para bien común y como se dice «no se salva solo». Es decir, son parte de un planeta gigante, pero cada acción cuenta, positiva o negativamente.
Siempre nos vinculamos y entendemos que la única manera de hacer un cambio real es vincularse con colegas e incluso con personas de otras áreas, para poder llevar adelante esta educación de consumo responsable y ambiental, y empezar a ser gestores culturales, que es un poco lo que somos los diseñadores, es el rol que cumplimos en la sociedad. También desde Biotico somos parte de SUPRA que es una comunidad latinoamericana de supra-recicladores y estamos activamente generando proyectos.
A veces pensar que el diseñador es la única persona que está trabajando, pensando y haciendo eso es una mentira atroz. Es la dedicación de un montón de personas que pueden sacar adelante un proyecto. Ahora escuchan mi voz, pero a mi lado hay un montón de personas que trabajan, son parte y que se sienten responsables también de lo que está pasando en el planeta y quieren hacer un cambio.
“Creo que hay muchísima más gente que quiere hacer el bien de la que quiere hace el mal en el mundo”
Cuando uno trabaja por el bien común, existen un montón de personas que se van presentando a lo largo de tu vida en tu camino, que te quieren ayudar y te quieren aportar de una manera desinteresada y la verdad que estoy súper agradecida.
Anfitriona: Biotico y todas las organizaciones que impulsamos este programa, trabajamos para acelerar la transición hacia el nuevo paradigma, más consciente, colaborativo, inclusivo y en comunidad. Te invitamos a sumarte, a aportar desde tu lugar y a hacerlo ahora.
Este fue un episodio de la serie Te Damos Voz, una iniciativa de Bioguia, Efecto Colibrí, ES2 Latam, LeFil Consulting y PES Latam, que apoya a empresas sociales de América Latina y el Caribe a dar a conocer su historia de impacto en toda la región.
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