Cómo co-crear soluciones sostenibles con múltiples stakeholders

Marcela Quintana, co-fundadora de Tekio

Cómo co-crear soluciones sostenibles con múltiples stakeholders

El diseño estratégico te da un marco de acción, que te permite ver qué necesitas modificar o con que elementos debes trabajar. Te da un marco para que la intervención sea sostenible y no se quede solamente en un diseño.

El Design Thinking se trata de entender, crear y prototipar.

Si te interesa conocer más de cómo adaptar el Design Thinking a sistemas complejos, que involucren a múltiples stakeholders, esta entrevista te puede servir. Hoy hablamos con Marcela Quintana, co-fundadora de Tekio, una consultora de diseño estratégico especializada en procesos colaborativos que involucren a múltiples stakeholders para impulsar el impacto social positivo.

Tekio es una palabra náhuatl, que significa trabajo colectivo por un fin común.

En un Tekio trabajas y te sumas con lo que puedes, quieres o tienes en el momento que puedas quieras o tengas. Es muy flexible y adopta las fortalezas de cada actor.

Lo colectivo cada vez tiene más sentido en un contexto, en el que las realidades complejas aumentan cada día. Ya no es una única solución para un solo tema. Poder combinar los ingredientes para que salga bien la receta, no es tan sencillo.

Marcela profundiza en la metodología del  Design Thinking enfocado a sistemas, nos da un ejemplo concreto en el que explica su abordaje al diseño de un proyecto en biodiversidad, nos explica la importancia de la empatía para co-crear soluciones sostenibles y mucho más.

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TRANSCRIPCIÓN

El diseño estratégico usa la metodología del Design Thinking, o partes de ella, para crear productos, proyecto o servicios. Puede funcionar para muchísimas cosas, pero para temas de impacto social, donde estás transformando  temas profundos o sistemas de problemas, viene muy bien.

El diseño estratégico te da un marco de acción, que te permite ver qué necesitas modificar o con que elementos debes trabajar. Te da un marco para que la intervención sea sostenible y no se quede solamente en un diseño.

El Design Thinking se trata de entender, crear y prototipar.

En la vida real hemos visto que el Design Thinking tiene varios puntos ciegos. Por ejemplo, el Design Thinking dice que te centres en el usuario y que con eso estás preparado/a. Hemos visto que es mejor centrarse en el ecosistema de personas. Es importante mapear a todos los actores porque, aunque tengas una sola solución o una única propuesta de valor, a cada actor le importan cosas diferentes.

En temas de emprendimiento social o de impacto social muchas veces tu beneficiario y tu cliente no son la misma persona.

Y si te enfocas solamente en uno de los dos, dejas de ver las necesidades o deseos del otro grupo, que son igual de importantes.

Otro ejemplo es la importancia de definir el problema. Muchas veces asumimos que el problema ya está definido, pero no es cierto.

Entre más enmarcado y claro esté el problema, mejor va a ser la solución. Y muchas veces el problema no es uno solo: se trata de una amplia gama de problemas, que están conectados entre si.

El Design Thinking necesita evolucionar para incluir estos pequeños detalles que pueden marcar una gran diferencia. Esto es lo que hemos experimentado en Tekio.

Tekio es una palabra náhuatl, que significa trabajo colectivo por un fin común. Hemos visto que en muchas culturas hay Tekios. En toda Latino América, en África o en Asia hay diferentes nombres para trabajar en colectivo.

En un Tekio trabajas y te sumas con lo que puedes, quieres o tienes en el momento que puedas quieras o tengas. Es muy flexible y adopta las fortalezas de cada actor.

Lo colectivo cada vez tiene más sentido en un contexto, en el que las realidades complejas aumentan. Ya no es una única solución para un solo tema. Poder combinar los ingredientes para que salga bien la receta, no es tan sencillo.

Por ejemplo, un proyecto Tekio en el que involucramos a múltiples stakeholders es el de Amigables con la Biodiversidad.

El año pasado hicimos un proyecto con la Comisión Nacional de Biodiversidad (CONABIO) en México, que tiene como consigna rescatar la biodiversidad.

La biodiversidad es la respuesta al cambio climático.

Cuando llevamos a cabo monocultivos, la biodiversidad se pierde. Dejas fuera a productores, comunidades de consumo, familias y hasta comunidades enteras. Al promover la diversidad promueves la capacidad de la tierra de adaptarse.

La CONABIO lleva colaborando con el Global Environmental Facility (GEF) desde hace 4 años. En este tiempo se dedicaron a mapear las buenas prácticas que promovían la biodiversidad dentro de seis sistemas: cacao, miel, café, ecoturismo, maderas y silvopastoril.

Seis sistemas radicalmente diferentes y con prácticas distintas.

Hicieron una lista con buenas prácticas, seleccionaron grupos de productores que ya estuvieran comercializando y que cumplieran con las buenas prácticas. Una vez que acabaron con el mapeo se enfrentaron a la pregunta ¿y quién nos va a comprar un producto amigable con la biodiversidad?

Entonces, lo que hicimos nosotros fue definir ese mercado a través de una estrategia de diferenciación del atributo “amigable con la biodiversidad”. Es decir, ¿qué significa ser “amigable con la biodiversidad”? ¿Cómo se come lo “amigable con la biodiversidad”?

Para definir estos conceptos, fuimos a visitar a los productores,  fuimos a las comunidades, nos enseñaron su entorno, cómo se organizan o cómo promueven acciones comunitarias. También trabajamos con los investigadores de la CONABIO o con expertos multidisciplinarios.

Trabajamos con diversos actores expertos en el tema de la biodiversidad para crear un sistema de comercialización, que pudieras aplicar como productor, independientemente del nivel de madurez que tuvieras.

También hicimos una investigación antropológica para entender la realidad desde el lugar de cada uno de los actores involucrados. Gracias a este abordaje entendimos todo el valor que los productores le daban a sus productos o servicios. Esto nos ayudó a hacer un paralelismo entre el valor de producción y el valor de consumo.

Mapeamos toda la cadena desde el inicio de la producción, los intermediarios, los diferentes comercializadores hasta el consumidor. Y en la estrategia definimos quién podría ser este consumidor.

Creamos todo el sistema, para que como productor o proveedor de servicios, entendieras y pudieras comunicar el valor que agregas siendo “amigable con la biodiversidad”.

Les dimos recursos para que se creyeran el valor que creaban y pudieran transmitirlo sin modificar su marca. Esto es un Tekio natural, porque no se trata de una certificación. No necesitas que nadie te ponga un sello por ser amigable. En las observaciones que llevamos a cabo, nos dimos cuenta de que los productores percibían el tema del sello como algo que le restaba valor a la iniciativa. ¿Por qué? Porque hay alguien que te tiene que decir que eres valioso.

Por eso se decidió en conjunto hacer una validación horizontal. Entre todos dicen: sí, cumple.

Es una manera de organizarse muy horizontal y muy flexible.

Hoy en día no estamos viendo los productos “amigables con la biodiversidad” en el supermercado, pero dentro de cinco años convivirán con muchos otros productos.  Lo amigable con la biodiversidad arropa todos los otros sellos de comercio justo, lo orgánico o que no esté testeado en animal.

Cada cooperativa es un grupo de diferentes productores. Hay una que tiene por ejemplo 12 pero hay otros que tienen 135. Por un lado hay productores con calidad de exportación que solamente necesitaban un pequeño empujón para poder comunicar qué significa lo “amigable con la biodiversidad” y por qué es más valioso que los productos o servicios que no lo son. Y por otro lado, hay productores que escuchaban ciertos conceptos por primera vez.  

Para cada sistema se eligió un lugar para llevar a cabo sesiones co-creativas con los diferentes perfiles de productores. Siempre buscamos involucrar las diferentes miradas y el diverso conocimiento de todas las partes de una iniciativa.

En estas sesiones de co-creación el objetivo era que, juntos, descifráramos lo que ocurría y lo que hacía falta.

Hay algo muy interesante para el éxito de un proyecto que es la capacidad de hablar en el lenguaje de los diferentes grupos afectados por e involucrados en la iniciativa.

Cuando se hacen las cosas de manera colaborativa, la solución no es del consultor.

Es una solución de todos. Es algo en lo que ellos participaron, por lo que no hay que invertir en la adopción de un a nueva solución. La adopción viene implícita en el proceso de co-creación.

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