Hoy estamos muy emocionada/os de recibir a María Ángeles León López, presidenta y cofundadora de Open Value Foundation en España, una fundación familiar como modelo híbrido entre filantropía tradicional e inversión de impacto. También es cofundadora y directora de Foro Impacto, que es la Secretaria Técnica de SpainNAB, de Global Social Impact, otro fondo de inversión de impacto y de otros organismos como Value School, que es una empresa social y Coba, otro fondo.
María Ángeles León López nos comparte su camino personal y profesional que le llevó a primero dedicarse a la filantropía para transitar hacia un modelo híbrido que combina la filantropía y la inversión de impacto.
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«Hoy estamos muy emocionada/os de recibir a María Ángeles León López, presidenta y cofundadora de Open Value Foundation en España, una fundación familiar como modelo híbrido entre filantropía tradicional e inversión de impacto. También es cofundadora y directora de Foro Impacto, que es la Secretaria Técnica de SpainNAB, de Global Social Impact, otro fondo de inversión de impacto y de otros organismos como Value School, que es una empresa social y Coba, otro fondo.
María Ángeles León López nos comparte su camino personal y profesional que le llevó a primero dedicarse a la filantropía para transitar hacia un modelo híbrido que combina la filantropía y la inversión de impacto.» Anne Rambaud: Hola María Ángeles, muchísimas gracias por aceptar la invitación a este podcast sobre inversión con sentido, estamos muy emocionados e impresionados por tu carrera profesional, bienvenida.
María Ángeles León López: Gracias Anne, encantada de formar parte de esta serie nueva de podcast sobre inversión de impacto.
Anne Rambaud: María Ángeles, trabajaste más de 20 años en Telefónica, donde entendemos que fue en esta época que empezaste a trabajar en la filantropía, tomando la decisión con tu esposo a dedicar el 30% de tus ingresó al inicio en proyectos de desarrollo en África y desde ahí empezaste a entrar poco a poco en el mundo de inversión de impacto. Eres presidenta de Open Value Foundation, una fundación familiar como modelo híbrido entre filantropía tradicional e inversión de impacto. También eres cofundadora y directora de Foro Impacto, que es la Secretaria Técnica de SpainNAB, de Global Social Impact, otro fondo de inversión de impacto y de otros organismos como Value School, que es una empresa social, Coba otro fondo. Invertiste 20 millones de euros en más de 50 proyectos en África y además tienes cinco hijos. Entonces, la primera pregunta es ¿cuándo duermes?
María Ángeles León López: El secreto de esto es que ¨las mujeres podemos hacer todo, pero no todo a la vez¨. Tengo 50 años ahora, hay mucho tiempo para hacer cosas. Recién casados con mi esposo, cuando empezamos a hacer filantropía a través de otras ongs que nos gustaban, él seguía con su trabajo y yo con el mío. Nacieron nuestros hijos y fuimos aprendiendo a la vez, la filantropía formaba parte de nuestra vida, pero no era un full time job.Lo que pasa es que a lo largo de los años, cuando ya los niños crecieron un poco y después de 3 años que vivimos en Inglaterra, había descubierto allí, una nueva manera de hacer filantropía tradicional más transparente, me gustaba el modelo anglosajón de hablar de los errores y durante varios años antes también habíamos conocido akyumen, el capital paciente, las microfinanzas.
Entonces, en 2018 decido dar un paso más en la Fundación y hacer otras cosas, sobre todo para que otra gente en España pudiera aprender esto, porque para mí los diez primeros años de filantropía, aunque fueron disfrute enorme porque cada navidad venía mucha gente de ongs a contar qué proyectos había hecho, con mis hijos podía ver que habíamos generado muchas dependencias y que queríamos generar independencia y un modelo de vida sostenible para esas personas, después de diez años y de donaciones no lo habíamos conseguido.
Es así que, juntando toda esa experiencia vital, lo que aprendí de otros, viviendo en Londres, de fundaciones americanas, de lo que hay en el norte Europa, me decido hacer esto y tengo suerte porque mi marido está en board y cuando decidimos donar un 30% estábamos Just Marry, eres feliz, tienes para pagar un alquiler, vas de vacaciones a sitios bonitos y sobra, decidimos donar.Después, las cantidades que podemos donar son importantes y por eso puedo dedicar mi tiempo a esto, puedo tener una fundación con bastantes personas trabajando con nosotros, el fondo también, todo viene de una situación buena que me permite hacer esto.
Anne Rambaud: Algo que me llama la atención es que entraste por el mundo de la filantropía tradicional y en algún punto entre Londres y otras organizaciones internacionales, entras poco a poco en el mundo de inversión de impacto. Entonces, ¿cómo y por qué decidiste entrar en este sector y no quedarte en la filantropía tradicional? y ¿cómo entraste en el mundo de inversión de impacto?
María Ángeles León López: Es una historia personal. Mi marido, como muchos hombres cada cierto tiempo ¨voy a dejar todo, voy a cambiar de carrera¨ y ¿qué hacemos si dejamos de financiar esto el año que viene? Primer pensamiento, qué estamos haciendo, no tiene vía de sostenibilidad, esto depende de nosotros y vimos que habíamos caído en muchos de los problemas que tiene el desarrollo. Me acuerdo en una escuela que me decía una señora que trabajaba allí ¨es el tercer uniforme que nos manda para los niños, cuando en realidad necesitamos dinero para un aljibe¨. ¿Por qué hacéis esto?
Fue un descubrimiento de que no habíamos hecho las cosas bien y además el buenísimo, nos había llevado a tomar decisiones por otros erróneas. Entonces fue un poco un shock, tanto que queríamos hacer el bien, que hemos generado dependencia, coartado la capacidad de innovación de esta gente porque ni les hemos escuchado.
Parte de esto que has hecho, darte cuenta que está mal y lo más bonito es descubrir que el desarrollo se hace en horizontal. No estás protegiendo a alguien como un padre a sus hijos, sino que es una cosa que hacemos juntos, la gente que tiene menos oportunidades y los que podemos tener más.
Realmente ese fue el viaje personal de hay que hacer otra cosa y en ese tiempo en el Economist escribe Jacqueline Novogratz, fundadora de Acumen, sobre su libro The Blue Sweater, otra manera de hacer filantropía. Entonces mandamos un email a Jacqueline y nos contestó, fuimos a verla en Nueva York y a entender los primeros proyectos en el año 2004- 2006, en los que ellos invertían un millón de dólares en empresas en la India, en Bangladesh, en África y a partir de ahí hicimos muchas cosas, con ellos aprendimos un montón y más adelante conocimos Yunus Social Business, un poco la evolución del profesor Yunus cuando ve que la microfinanzas es una industria.
También vimos que había modelos sostenibles y empresariales en países como Uganda, como Kenia, como Ruanda, como Malawi, donde habíamos hecho mucha filantropía y ahora queríamos hacer otra cosa.
Anne Rambaud: Entonces migras tu modelo de filantropía tradicional a un modelo entiendo híbrido, que se adapta más a las necesidades de cada uno, pero no rompes totalmente con la filantropía. Me interesa saber ¿cuándo la filantropía es positiva y cuándo no lo es, que permite este modelo híbrido que no tenías antes en una fundación tradicional?
María Ángeles León López: Cuando descubro esto, solo quiero hacer proyectos de microfinanzas. Y empiezo a obligar a mis pobres proyectos de filantropía tradicional a transitar hacia un modelo más sostenible. Entonces, estando en Londres me entero que el profesor Yunis va a estar dando una conferencia y voy para preguntarle ¿cómo se hace para transformar un proyecto filantrópico en un proyecto sostenible? Porque me voy volviendo loca, esto no me sale y si tú has podido en Bangladesh cambiar la manera de hacer desarrollo ¿cómo haces? Y me dijo:
Claramente un proyecto que nace con filantropía no lo puedes transformar en una empresa, lo que tienes que intentar es generar proyectos sostenibles empresariales alrededor de tu proyecto y que ellos sean los que con los años vayan contaminando, generando esos puestos de trabajo para esa gente que está dependiente de donaciones y ver, estos son procesos a muy largo plazo, 10, 15 años.
Viendo esto así y poco a poco transicionando, lo que hace mi Fundación de manera filantrópica son las cosas que no tienen otra solución, como puede ser una hambruna o agua potable. Por otro lado, hay cosas que los modelos de derechos filantropy desde la Fundación o la propia inversión de impacto todavía, como es muy Early stage (inversión temprana) , no pueden cubrir y pongo el ejemplo de la energía solar, ha estado subsidiada por el Estado durante 30 años, hasta que ha compensado la energía solar frente al carbono.
Esta es la función filantrópica ayudar a generar emprendimiento y empresas en la parte más árida, en la parte de formación, que quizás nadie quiere pagar esto, lo vamos pagando nosotros en la parte muy temprana, de un momento puntual ayudar a generar demanda, conectar con compradores en Europa, en Japón, todos esos son recursos que hacen falta, que los inversores no quieren poner porque ellos están acostumbrados otros retornos y que podemos poner desde la Fundación. También el impact measurement, es un coste y si lo metes también en el fondo entre que te cuesta conseguir la rentabilidad y al final es muy complicado, entonces esa es la función que creo que tenemos las fundaciones y los gobiernos.
Anne Rambaud: Me encanta esta metodología que encontraron para mezclar ongs con empresas sociales, porque dentro de que Kaya Impacto estamos apoyando algunas fundaciones a transicionar a ser fondos de inversión impacto y es bien difícil como dices, ser esta transición de una ong a una empresa social.
María Ángeles León López: Esto se llama capital catalítico, los americanos lo acaban de bautizar y es difícil entender para una fundación igual que para un gobierno, pero poniendo un 10% de una inversión a fondo perdido, que digas voy a donar a este fondo el 10% de lo que levante, atrae inversores por 100, entonces el impacto con tu dinero es tan mayor que compensa mucho, cuando empiezas a hacerlo y ves cómo catalizar inversiones en un tamaño mayor que tus donaciones, es que es como un círculo virtuoso y tú estando ahí para lo que haga falta, quizás hace falta dosis de humildad y en las fundaciones que hemos estado solucionando problemas siempre, adquirir esa posición como detrás, como de apoyo a otro, que en el fondo no tiene el derecho de estar ahí porque tú eres la que sabes de los proyectos, la realidad es que la inversión y el capital es lo que hace los países ricos más ricos y es lo que va a sacar a los países en desarrollo al desarrollo, no hay otras herramientas y la filantropía sola no puede hacer ese papel de catalizador tan necesario y tan brutal.
Anne Rambaud: Dentro de Open Value Foundation, ¿Pudiste atraer algunos elvis de inversión de impacto y cuál es el típico proyecto en el cual pueden invertir? ¿De qué tiket estamos hablando, qué sectores?
María Ángeles León López: En la fundación como hacemos este capital más catalítico, early stage y todo eso, no hacemos fundraising, lo hacemos nosotras solas. Ahora estamos viendo juntarnos con varias fundaciones para hacer un fondo entre todas e invertir juntas en este capital catalítico junto con otros, no, para que nos donen en nuestra fundación, nos parece que es la mejor manera de aprender y todo el mundo al mismo nivel.
Luego en los fondos de inversión que resultó más fácil levantar capital, aún estamos empezando, pero veo que nos escuchan mejor los inversores tradicionales. Estamos encontrando family offices que les interesa venir con nosotros del PI, es una manera preciosa de dejar un legado para una familia, no sólo la inversión, sino el propósito y andar con tus valores a la vez que vas con tu portafolio. Tampoco tiene porque ser una cantidad importante, siempre digo un 10% para que toda la familia esté pendiente de la inversión, si es mucho menos a nadie le importa, ese es un tipo de inversor que nos gusta mucho. Otro tipo de inversor que encontramos para nuestro fondo africano, las ongs de desarrollo que tienen en domains y los pueden invertir los fondos y también inversores corporativos.
En nuestro fondón africano hay una aseguradora grande española que se llama Mapfre, que es nuestro lidinvestor, que lleva el 30% de todo lo que se levanta en el fondo y nos está ayudando mucho a comercializar. Luego para los fondos locales es quizá más fácil encontrar financiación, porque la gente local no entiende y después del COVID menos, hay gente que se queda sin empleo, más colectivo vulnerable. Ahí estamos atrayendo otra vez familias, pero también inversores corporativos, las corporaciones tienen una función bonita aquí, porque si algún modelo de negocio de los que van explorando con nosotros les gusta, lo pueden incorporar a la corporación porque tienen multitud de proveedores en todo el país en zonas menos favorecidas y luego tienen capacidad de escala. Que nuestro vertical de alimentación tenga una gran corporación española que pueda ayudar y mentorizar estos clientes corporativos, son muy interesantes para el desarrollo de la inversión de impacto local.
El capital más fácil viene del mundo financiero, ellos también tienen muchísimo que decir y el poder transformador de la inversión es grande. Las corporaciones también van a tardar 15, 20 o 30 años en transformarse. La inversión de impacto necesita 10, 12 años para edificar, son tiempos que van acompasando.
Anne Rambaud: Entiendo que eres de las personas que han permitido consolidar este ecosistema en España, que es muy nuevo y que se está creando. De hecho, estás mencionando muchos inversores que varios de ellos están entrando, me imagino que es un trabajo de evangelización y de explicar a todos que es la inversión de impacto para atraerlos. Dentro de tus funciones, trabajas en el Foro de Impacto que es la Secretaria Técnica de SpainNAB. ¿Cuál es tu opinión sobre cómo ves el ecosistema de inversión de impacto, ha evolucionado mucho en los últimos años y el nuevo capitalismo es una nueva forma de coincidir las inversiones en España y hacia dónde podría ir?
María Ángeles León López: La verdad es que cuando volví a España, después de ver lo que pasaba en otros países, decidí dedicar una parte del presupuesto de la Fundación a divulgar un poco el modelo, a veces con mucho dolor porque te cuesta sacar de proyectos dinero para hacer esto, pero de nuevo es capital catalítico que lo que permite es atraer a otros que a su vez y al final llegar mucho más lejos. Entonces, cuando empecé a ver el sector en España, que estaba muy incipiente, no éramos muchos, veía la necesidad de tener algo que lo vertebrada un poco, alguna manera de podernos ver todos juntos, de ir evaluando cómo íbamos creciendo, de si esto tenía sentido en España.
Justo conocía a José Luis Ruíz de Mundain que trabajaba en Unlimited, que es otra organización que trabaja en temas de emprendimiento social y a Pablo Alonso, un compañero que vivía en Miami y trabajaba en una empresa de Advisory para Family Offices en Latinoamérica que se llama Euro Capital y vimos esto del CGC (Certified Guaranty Company) y lo que más nos movió fue ver que estaban el G8, pero luego estaba México y Portugal, ¿cómo está en Portugal y no está España?, esto hay que hacerlo. Entonces, las ganas de vertebrar un poco el sector en España y de adherirnos a un una especie de grupo global en el que había esa inquietud en esos países, nos empujó y la verdad con muy buena acogida por el mercado español.
En 2018, no creo ni que hubiera cuatro millones de euros dedicados a la inversión de impacto social en España y el último informe que hemos hecho con ESADE el año pasado, dice que cerca de 400, aún es muy poco, pero es un crecimiento en tres años, exponencial. Entonces nos hace ser muy optimistas hacia que esto vaya creciendo mucho y ahí aprendemos del CGC, que el modelo que hemos utilizado en España para desarrollar el SpainNAB, es un modelo photomac.
Cuando el GSG aparece con casi 30 países que están aleccionados. La mayoría han venido porque la Fundación Ford puso dinero, la Fundación Gulbenkian en Portugal, o sea un gran player pone financiación y moviliza. Aquí fuimos todas las pequeñas empresas, sociedades, asociaciones que estaban trabajando en esto, que nos unimos y generamos una ola que nos llevó a que ahora una gran fundación como Caixabank esté financiando esto y ayudándonos a liderar.
Tanto que en dos semanas viene Larry Fink a ver qué está pasando en España y hablarnos de inversión, no sé si es porque en España, hay una conciencia social muy importante. Se habla siempre de que cuando hay crisis la gente puede contar con su familia, su núcleo familiar, su familia más extendida y sus amigos para salir de los baches, todo esto yo creo que ha hecho que la inversión de impacto suene muy bien en España y que el poder adherir a tu sistema financiero un propósito y una búsqueda de un bien mayor, ha encajado fenomenal.
Luego a nivel un poco más macro, España tiene una sanidad pública, la mejor de Europa, por eso viene mucha gente aquí a curarse y una educación pública de mucha calidad también. Eso es un país social, esto es un capitalismo social y por eso creo que de verdad España va a calar y a crecer, porque estamos acostumbrados a que ocurre que si ganas más, tienes más impuestos y es una cosa que nadie se cuestiona, vivimos así y aunque hay críticas al sistema, la realidad me dice que por ahora funciona. A lo mejor en 20 o 30 años no, porque envejece la población, pero creo que ha sido una manera de unir dos cosas, crecimiento económico, pero siempre con la parte social y que es la que hace que sea un buen país en el tema de la inversión impacto, caiga, crezca y prospere.
Anne Rambaud: Estoy muy impresionada por todo lo que lograste, desde evangelizar sobre un sector y el hecho de levantar un capital. ¿Cuáles son tus trucos para atraer gente y que se suban al barco y siendo mujer ha sido una ventaja, una barrera? ¿Cómo lo viste y si tienes algunos trucos para las mujeres que nos escuchan?
María Ángeles León López: La verdad es que el mundo financiero es todavía un mundo de hombres. Es verdad que a día de hoy mis compañeros hombres están levantando fondos más grandes, más rápido que yo. No digo que sólo porque soy mujer, pero sí que es verdad que nos cuesta un poco más. Entonces, mis dos trucos: el primero es no pides para ti, estás pidiendo para otros y eso nos hace ser más convincentes, más asertivas. Siempre cuando te metas en una reunión no pienses que voy a ver si este hombre, esta empresa, esta institución me da, no. Da todo esto que tengo detrás, que es un montón de gente que necesita que alguien le dé una oportunidad, eso da una fortaleza diferente.
Hay muchos mentores que han salido de empresas y corporaciones del sector financiero en este país, cualquiera que tiene ganas de hacer cosas y esto les gusta. Ellos saben el lenguaje que hay que utilizar, van contigo, suenan muy convincentes, generan esa relación de confianza, esos son mis tres trucos.
Anne Rambaud: Al final la gente es humana y necesita un espejo en frente para sentir confianza y esto también lo he sentido, tengo un socio hombre y al final somos un reflejo de la sociedad y necesitamos un poco de variedad. Entonces hablando de Global Social Impact, que es otro fundo que co-fundaste, nos puedes comentar ¿cuál fue el posicionamiento y nos puedes contar algunas historias de éxito de este fondo que te emocionan, algunos proyectos interesantes que han salido bien en este mundo de inversión de impacto?
María Ángeles León López: Abrimos el fondo por dos cosas, una el protectorado español no permitía a nuestra fundación hacer inversiones con el 100% de su patrimonio. Entonces nos invitaban a abrir la fundación en algún paraíso fiscal y claro, no nos interesa, vamos a buscar otro medio. El medio fue hacer un fondo de inversión de impacto y después vimos que para atraer inversores, no es lo mismo donar a una fundación que luego ya invierte, que poder hacer tu inversión de impacto y ver como va. Por eso decidimos abrir los fondos y creo que ha sido una muy buena idea, porque al final son un caballito de troya en el que lo que enseñamos al mundo inversor es que el retorno y el propósito no están reñidos.
Luego ejemplos bonitos, hay uno que completa todo este círculo de filantropía de inversión, que es una cooperativa de café muy tradicional que tenemos en Uganda, que se llama ACPCU (Ankole Coffee Producers Cooperative Union), Oxfam distribuye el café de esta cooperativa en la que hacemos préstamos de working capital y la parte del negocio funciona terriblemente bien, porque si hacemos préstamos a nueve meses, a los seis meses nos han devuelto y nos están pidiendo otro con un retorno muy interesante.
Este proyecto lo que tiene es que consiguió el sello de Fairdtrade, vende en todo el mundo con precios buenos, no tiene ninguna barrera de intermediación, vende directamente. Todos esos 23000 cooperativistas que trabajan allí, que son small farmers, tienen acceso a estos mercados y a un precio justo por su café, pero lo más bonito de todo esto, es que con el excedente que tienen como cooperativa, ellos deciden qué proyectos quieren hacer y sus proyectos son hospitales y colegios, esto me emociona mucho cada vez que lo cuento, porque era lo que hacía sin siquiera saber que lo hacía. Entonces, esto es lo que tengo que hacer, la demostración palpable de que la inversión lo que ha generado es que ellos hacen su propia filantropía si quieren, ya tienen el excedente para hacer lo que quieren y lo mejor es que yo les maximice su margen de negocio, que es lo que sabemos hacer aquí.
Anne Rambaud: Nunca lo había pensado de esta manera, pero si la inversión de impacto empodera y hace que la gente sea más feliz, no es solamente acabar con excedentes que puedan invertir como quieran, pero se sienten orgullosos de poder avanzar sin tenerla la pena de tener que pedir.
María Ángeles León López: Exacto. Decidir en qué lo quieren gastar. Ellos saben mejor que yo, que están ahí y yo estoy a miles de kilómetros. En España hay otro ejemplo muy bonito de una empresa de reforestación que ayudamos a invertir a Repsol Impacto social, un fondo de impacto que ayudamos abrir en Repsol, que era reforestación con personas con discapacidad. Entonces, cuando entra una corporación como Repsol, lo que ocurre es que empiezan a entender los créditos de carbono, el potencial que tiene esto en España y ahora han sacado un proyecto corporativo que se llama Motor Verde, que lo que busca es hacer un proyecto muy grande, casi un vertical de la propia corporación que se dedica a esto. Da igual lo que haga con mi fundación, estos impactos son tan enormes que están más allá de lo que yo nunca me hubiera podido imaginar.
Anne Rambaud: Para poner esto en perspectiva, porque siempre en los podcast hablamos de los temas de éxito, ¿hay alguna historia que nos podrías contar de un fracaso del cual aprendiste con una ong o una empresa?
María Ángeles León López: Aprendiendo esta nueva manera de hacer filantropía, decidimos abrir nuestro primer proyecto de microfinanzas, debió ser en el año 2008 en Dar es-Salam, llegaban las cartillas de las mujeres y parecía que todo el mundo le pagaba y todo eso fue una mentira. No conseguimos un socio local, no conocíamos, lo quisimos hacer solos y mi aprendizaje es muy importante, es solo muy pocas cosas puedes hacer. Estando tan lejos, en una ciudad que prácticamente nos era desconocida, con unas mujeres que no sabíamos, elegimos mal al socio local. Era muy prometedora la idea de vamos a probar la microfinanzas a un dinero que vuelve y ahí mis aprendizajes siempre son los mismos: la humildad no puede hacer nada sola, no creer nunca que sabes todo y buscar otros que lo han hecho antes que tú, es mi mayor aprendizaje y perdimos todo el dinero.
Anne Rambaud: Me encanta que menciones estos consejos porque muchas veces escucho a los inversores de impacto dar estos consejos a los emprendedores. Foco, foco es que invertimos si eres enfocado y dos si tienes un buen equipo. Que menciones que también es algo necesario para un fondo y que también son algunas skills que tuviste que reforzar, entonces es un súper buen chip, tanto para emprendedores como para inversionistas. Y para terminar, mi última pregunta sería ¿hoy en día María Ángeles qué es lo que más te emociona? Estás en mil proyectos, con mucha energía, has viajado un poco por el mundo. Nos hablaste de muchos conceptos, pero hoy en día, cuando te levantas o en general, ¿qué tipo de proyectos te dan más energía?
María Ángeles León López: Pues me sigue emocionando mucho África porque he viajado mucho, he pasado mucho tiempo ahí y veo que el impacto es muy directo e importante. Entonces, estoy optimista porque veo que todo este movimiento de inversión y el empujón que está haciendo Europa, los activistas, todo esto está moviendo unos olivos en los que caen las aceitunas del medio ambiente, de la gobernanza, pero también está lo social, que no se sabe muy bien cómo medir lo social, pero estamos ahí.
Creo que somos parte de esta ola grande que nos va arrastrar y que va a haber mucha financiación para proyectos sociales en el futuro y que el mundo desarrollado sigue creciendo mucho. Veo África en concreto, que los chinos están comprando cultivos, ellos están aprendiendo a que manufactura y le venden al chino un poco más hecho, es más interesante. Veo de verdad una corriente bastante imparable hacia los países en desarrollo, creo de verdad que quizás África es el continente que va a la cola, hay más prometedores, Indonesia con unos retornos más grandes, Latinoamérica siempre es esa promesa con Brasil como motor y África sin embargo, parece que está ahí detrás, creo que está llegando su momento y que ellos también están siendo conscientes, están queriendo formar su mercado africano, despacito se va renovando.
Los líderes políticos de siempre que tenían esta inercia con la corrupción, esto está renovándose. Soy optimista de que este nuevo capitalismo que tanto se habla, las inversiones con propósito, todo esto va a ayudar a que se haga más deprisa este cambio que queremos que se haga.
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