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La industria de la moda es de las más contaminantes.El Fast Fashion que promueve y vive del «producir, usar y tirar», no es sostenible.
Usamos el 30% de lo que hay en nuestro armario.
La economía circular se basa en dar longevidad a los recursos naturales y reconvertir el exceso de producción en algo reutilizable. Para eso hace falta que utilicemos tanto nuestro ingenio para lanzar proyectos como la tecnología adecuada para la puesta en marcha de los mismos. Todo esto, siempre teniendo en cuenta la implementación de procesos de producción responsable y sostenibles.
La tecnología está impulsando la economía circular. Gracias a distintas investigaciones hoy se conocen técnicas para que los materiales de la ropa no se tengan que no manchen, ni se arruguen, tejidos que vengan de la piel de naranja, de leche o de piña.
Hoy hablamos con Sylvia Calvo, co-fundadora de la Asociación de moda sostenible de Barcelona, experta en moda circular y diseñadora de ropa hecha con bolsas de café. Sylvia nos explica la cadena de valor detrás de sus prendas, cómo funciona el upcycling en el mundo de la moda o cómo las nuevas tecnologías están empezando a ofrecer alternativas para producir y consumir moda de manera responsable con la salud planetaria.
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Estamos utilizando más de 1,5 veces lo que la Tierra puede producir en un año.
El modelo actual no es sostenible porque tratamos los recursos naturales como infinitos, pero el superficie habitable (y respirable) es la que es, no aumenta por mucho que la especie humana sí. Llegará en el momento en el que tengamos que elegir entre plantar algodón o plantar comida.
La industria de la moda es de las más contaminantes.El Fast Fashion que promueve y vive del «producir, usar y tirar», no es sostenible.
Usamos el 30% de lo que hay en nuestro armario.
La economía circular se basa en dar longevidad a los recursos naturales y reconvertir el exceso de producción en algo reutilizable. Para eso hace falta que utilicemos tanto nuestro ingenio para lanzar proyectos como la tecnología adecuada para la puesta en marcha de los mismos. La idea de la economía lleva a procesos de producción responsable y sostenibles.
La tecnología está impulsando la economía circular. Gracias a distintas investigaciones hoy se conocen técnicas para que los materiales de la ropa no se tengan que no manchen, ni se arruguen, tejidos que vengan de la piel de naranja, de leche o de piña.
Estas innovaciones nos facilitan la vida a nosotros los seres humanos, pero también al planeta. Por un lado, los tejidos de leche o de piña son biodegradables. Si se tiran, no contaminan. Por otro lado, si hay tejidos que no se ensucian, no tenemos que lavar, lo que implica que no tenemos que usar tanta agua ni electricidad.
Hoy en día ya podemos empezar a utilizar las impresoras 3D, para imprimirnos un diseño hecho en un lugar, en otra parte del mundo. Esto reduce considerablemente los costes medioambientales del transporte.
Otros ejemplos de cómo se está usando la tecnología en la industria de la moda son las plataformas de fashion sharing, ayudándonos a mejorar nuestros hábitos de consumo. ¿Cómo? Alquilando una (o varias) prenda(s) por mes.
Una de las motivaciones para decidirse a diseñar moda sostenible, fue tan simple como abrir los ojos y mirar a su alrededor. Observar qué tenemos, qué utilizamos y qué abandonamos.
Sylvia trabajaba con buques de mercancías en los que se transportan toneladas de café. Este café se transporta en sacos. Sacos que luego se tiran en su gran mayoría. Después de investigar lo que pasaba con los sacos después de llegar al puerto, se llevó la grata sorpresa, de que al menos una parte de los sacos se estaba usando para la construcción. Esto es lo que se llama downcycling: restarle valor a un bien, pero seguir dándole un uso.
Aún así, los sacos de café siguen siendo uno de los muchos tejidos que con el tiempo se convierten en residuo.
Fue a través de la observación consciente, que surge la idea de diseñar ropa de sacos de café. Los sacos de café se convierten en prendas de ropa con más valor. Este fenómeno se llama upcycling: darle a algo un valor que antes no tenía.
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